Aunque hoy día usted puede encontrar buenos artículos que le explican de forma histórica y más profunda, solo deseo darle un repaso generalizado para que pueda ubicar la relevancia de este tema:
El “Evangelio social” es aquella interpretación de la
naturaleza y funciones de la iglesia, que en su mejor caso dice: que la iglesia
tiene dos funciones o misiones y esto por su naturaleza de ser sal y luz en
medio del mundo, a saber, la gran comisión y el mandato de redimir una cultura para
Dios. Esto es, que como insisto, en su mejor interpretación, la iglesia tiene el
deber de predicar el evangelio y procurar la solución de las problemáticas sociales,
o de predicar el evangelio mientras promueve buenas y justas condiciones
sociales.
En su peor versión, si se puede decir, se trata casi de
una reinterpretación de lo que es el evangelio, el evangelismo y la iglesia, no
solo equiparando la labor social de la iglesia con el evangelio, sino que en la
práctica sustituyéndolo. El “Evangelio social” como ha evolucionad hasta hoy en
los círculos más “conservadores” tiene como madre de esta reinterpretación de
la iglesia y sus funciones. Usted tendrá que ver el aporte a este “Evangelio
social” más moderno desde Billy Graham, John Stott, recientemente Francis Chan,
David Platt, Timothy Keller, John Piper (Keller y Piper, quienes participaron
en el concilio ecuménico de Lausana), NT Wright, Rick Warren, y otros tantos de
ese nivel.
Usted empezará a ver la diferencia entre tener una
responsabilidad social como uno de los fines que en sí tiene la iglesia, y ver
la mejora social como uno de los productos que vienen cuando la iglesia
responde a su verdadera vocación en este mundo. Lo primero representa el “Evangelio
Social”, lo segundo lo que insistimos, es la labor de la iglesia. La inmensa
guerra se está dando nuevamente en otros lugares del mundo en este aspecto,
mientras a Latinoamérica nos llegará las peores sobras de esa confrontación.
Ahora bien, si ya tenemos un problema con la interpretación
de lo que es la iglesia y sus funciones, el asunto se acrecienta por no saber
diferenciar lo que creyentes a nivel individual pueden y deben hacer en la
medida de lo que es legitimo y que vaya de acuerdo a su profesión de fe, y lo
que la iglesia, como cuerpo de Cristo y limitada en sus funciones por prerrogativa
divina, puede y debe hacer. En esto debemos ser claros, y es que, a la iglesia,
como iglesia, nunca se le dio la tarea de transformar o crear cultura ni
redimirla, si es que eso es posible. Su único mandato bíblico para el mundo, es
hacer discípulos.
Aunque los cristianos como individuos han de ser sal y luz
en nuestro mundo lo cual puede tomar muchas formas de acuerdo al contexto y
situación, pueden muy bien estar involucrados, junto con los no creyentes y
dentro de los parámetros bíblicos, en asuntos de la sociedad, algunas acciones
solidarias y la protección de la creación de Dios, como cuando ayudamos después
de un huracán, defendemos el valor de la vida y nos oponemos al aborto y la eutanasia,
cuando hacemos algo para aliviar la enfermedad del que sufre, etc., no podemos
minimizar que el ejemplo del Nuevo Testamento y el precepto claro, es que los
seguidores de Cristo deben discipular a la gente para Jesucristo lo cual
incluye la evangelización y la formación en la obediencia.
Pero ¿Cuál es entonces la misión de la iglesia? ¿Es la
misión de la iglesia hacer frente a todas las necesidades de todas las
personas, o está más limitado en su alcance? Actualmente y en visión del “Evangelio
social”, es popular comprender la misión de la iglesia como la de la
evangelización, el discipulado, para satisfacer las necesidades tanto de los
creyentes y no creyentes y la transformación de la sociedad. Pero cuando
basamos nuestras órdenes de misión del Nuevo Testamento en vez de la cultura
(sola Scriptura en vez de sola cultura), queda claro que la tarea de la Iglesia
es llevar el Evangelio hasta los confines de la tierra, haciendo discípulos a
todas las que vienen a Cristo y el cuidado de los necesitados que se convierten
en parte del cuerpo de Cristo.
Latinoamérica debe advertir, según el ejemplo que ya se
presentó en los Estados Unidos, que la iglesia, como iglesia, se movilizó a
elegir al candidato que más habló del racismo, la pobreza, la inmigración, las minorías
LGBTI, aun cuando promovía el aborto y la eutanasia, ridiculizando los valores
históricos del cristianismo entre otras. Y esto a causa de que los mismos
cristianos han malentendido la responsabilidad de la iglesia la que debe velar
por intereses singulares de un aspecto particular. Cuando hoy día cristianos
exhortan a la iglesia a “dejar de hablar”, a “dejar las cuatro paredes” y que
se involucre en la asistencia social como parte de su función, iglesias
conservadoras vemos con preocupación el aroma de este gran peligro que
resultará poniendo la agenda social en la boca de la iglesia y sustituyendo o matizando
el glorioso evangelio en nuestros labios. Es por ese motivo que usted hoy ve
iglesias de tradición conservadora marchando, dándose la mano con católicos agnósticos
y hasta ateos para promover una agenda común, haciendo pancartas y hasta
apoyando causas a favor de las minorías discriminadas, sin saber que al hacerlo
sin sabiduría, detrás de cada arenga, intereses diversos y ateos son apoyados. Y
esto, porque permitimos que la Biblia fuer sustituida por los clamores de la agenda
social, que parecen llegarnos más al fondo y confundimos dramáticamente lo que
es la iglesia y para qué Dios la puso en la tierra.
Nota: Le aseguro que usted va a entender muchos más del panorama actual aun de los énfasis de la neoreforma y sus principios sociales y de contextualización del evangelio, si con paciencia lee el siguiente artículo:
https://evangelio.blog/2011/11/13/el-evangelio-social-ayer-y-hoy-1-parte/
Y sigue los enlaces de:
https://evangelio.blog/tag/justicia-social/
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