viernes, 3 de abril de 2020

¿ESTAMOS ENTENDIENDO BIEN ESTE TIEMPO? ¿ESTAMOS ORANDO BIEN EN ESTA CUARENTENA?


Rezar, Las Manos, Manos Rezando, Escultura, Oración
Por Jorge E. Castañeda D.

Damos gracias al Señor que en sus multifacéticos recursos de su gracia, nos ha provisto de su Palabra y la oración con el fin de asumir todas las cosas en la fe de los hijos de Dios. Son tiempos de grandes demandas y esperamos, de grandes meditaciones. Al transcurrir los días, hemos visto algunas falencias en nuestro entendimiento de los tiempos que estamos viviendo. Al parecer queremos ser consolados sin antes haber llorado, queremos la salida a esta situación sin antes ser tratados en los asuntos por los cuales el Señor ha dado esta providencia aflictiva. En Lucas 12:54-56 el Señor reprende a los líderes religiosos de ese tiempo, por ser más prestos en discernir los tiempos naturales que en entender la calidad espiritual de la época en la que vivían. Creo que esa misma reprensión puede aplicarse a muchos cristianos hoy.

Esto ha desembocado en que enfoquemos nuestros sermones y enseñanzas y en que inclinemos nuestras oraciones y suplicas de una forma no tan precisa. Hemos hecho de la pandemia nuestro tema central comunicándole al pueblo de Dios y a nosotros mismos, que el problema es un virus mortal. Así que enfilamos todo esfuerzo en entender las cosas a este nivel. Pero ¿Qué significa esto? ¿Acaso hay algo que no vemos que corresponde a lo que deberíamos estar meditando? Por supuesto que no quiero dar la impresión que no sea lícito hablar de la pandemia, predicar del consuelo, orar para la salida a esta situación. Lo que presiento es que si no nos situamos en un lugar donde Dios pastoree nuestros corazones y extirpe el mal que provocó esta disciplina de nuestras vidas, familias e iglesias, quedemos sin fruto aunque hayamos recobrado la estabilidad alrededor, y en este caso, solo pasamos una cuarentena.

Dejo unos apartes del libro del Dr. Martyn Lloyd Jones, del Temor a la Fe, el cual recomiendo a todos mis hermanos, en donde habla de esta tendencia a querer aliviar la carga y a orar, pasando por alto lo más relevante. Lo citaré tal cual, pero usted haría bien en sustituir, donde el autor habla del “comunismo”,  las “guerras mundiales” y los “males políticos”, con la palabra “virus” o “pandemia actual”, y notará lo relevante de su instrucción:

“Hoy nos enfrentamos con una situación mundial que bien puede conducir a los creyentes de mente espiritual a pensar en este libro de Habacuc […] Nuestros problemas con frecuencia pueden ser rastreados en nuestra insistencia en mirar al problema inmediato según nuestra propia óptica, en lugar de observarlo a la luz de Dios, Mientras Habacuc estaba mirando a Israel y a los caldeos, estuvo turbado. Ahora los ha dejado de lado y sus ojos se han fijado en Dios. Ha vuelto a la esfera espiritual de la verdad, de la santidad de Dios, del pecado en el hombre y el mundo, de manera que puede ver las cosas en una perspectiva completamente nueva. Ahora está ocupado en la gloria de Dios y no en otra cosa. “Aquí está la clave de la situación actual. ¿Vemos la necesidad que tenemos de humillarnos? ¿Vemos esta necesidad como miembros de la Iglesia? ¿La vemos como ciudadanos de nuestra nación? […] No nos hemos humillado lo suficiente. Hemos pasado por alto que las dos grandes guerras mundiales fueron la consecuencia inevitable de la impiedad que rondaba durante los últimos cien años, y todo por la arrogancia y el orgullo del hombre. ¿Ha reconocido la Iglesia cristiana que su condición actual y mucho de su sufrimiento se debe al castigo de Dios por la infidelidad y apostasía en que la misma Iglesia ha caído? […] ¿Tiene la Iglesia derecho a protestar si es que ahora está pasando por tiempos difíciles? ¿Se ha humillado en polvo y en ceniza? ¿Ha reconocido y confesado su pecado? ¿Tiene, acaso el mundo, derecho a protestar? A pesar de los juicios de Dios sobre nosotros, ¿ha habido humillación? ¿Existe un espíritu de arrepentimiento? Si lo hay, ¿dónde está? “No es bíblico, ni tampoco espiritual, el mirar sólo a lo que es evidentemente impío.

"Cristianos y aún líderes cristianos, tienden a dar la impresión que el único problema es el comunismo. Han caído en el error en que Habacuc estuvo por un tiempo […] No se trataba de otra cosa que la santidad de Dios y el pecado […] Nuestra principal preocupación debe estar en la santidad de Dios y el pecado del hombre; ya sea en la Iglesia, el Estado o el mundo […] Todos nosotros, al igual que Habacuc, debemos confesarle a Dios: ¡Hemos pecado contra ti y no tenemos derecho alguno de rogar en tu presencia que mitigues la sentencia! Tal auto-humillación es requerida con urgencia […] Esto es esencial para un buen entendimiento de los tiempos en que vivimos.

"Debemos aprender a ver a Dios en su santo templo, por encima del flujo de la Historia, y por encima de las cambiantes escenas del tiempo. En la presencia del Señor lo que más sobresale es la naturaleza santa de Dios y nuestro propio pecado. “¿Cuál es la petición en el caso de Habacuc? No es un pedido de liberación o de alivio, ni una petición para que Dios tenga misericordia de su pueblo, ni de que la guerra con los caldeos sea evitada. No pide que se evite el sufrimiento, el saqueo de Jerusalén y la destrucción del templo. No efectuó tal petición porque había llegado a comprender que estos eventos eran inevitables y estaban bien merecidos. No le pide a Dios que cambie su plan. La sola carga que pesa sobre el profeta ahora, es su preocupación por la causa de Dios, por la obra de Dios, y el propósito de Dios en su propia nación y en el mundo entero. Su único deseo es que las cosas estén bien hechas. Había llegado al punto en que, en efecto, podía decir: ¡Lo que yo y mis compatriotas tengamos que sufrir, no importa, con tal que tu obra sea avivada y mantenida en pureza! Su gran ruego es que Dios avive su obra en medio de los tiempos. “Oh, Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer”.

 “Esta es una oración sumamente apropiada para la Iglesia en el día de hoy. Si estamos más preocupados por el riesgo que significa afrontar otra guerra mundial que por la pureza y bienestar espiritual de la Iglesia, esto representa una seria reflexión sobre nuestro cristianismo. ¿Qué es lo que principalmente nos preocupa cómo creyentes? ¿Son los eventos del mundo que nos rodea? ¿O es el nombre y la gloria de nuestro Dios Todopoderoso, la salud y condición espiritual de su Iglesia, la prosperidad y el futuro de su causa entre los hombres? Para Habacuc sólo había una preocupación.

 “A pesar de saber lo que iba a ocurrir, rogó por un avivamiento de la causa de Dios en Israel […] Esta es siempre una acción esencial en la obra de avivamiento que Dios hace. En cada una de las historias de avivamiento leemos que Dios ha purificado, eliminando el pecado, la escoria y las demás cosas que frenaban su causa. 

“El mensaje del libro de Habacuc es que hasta tanto no nos humillemos en verdad, olvidando a los demás, y aquellos que son peores que nosotros; hasta que nos veamos tal como somos en la presencia del Señor y confesemos nuestros pecados y nos encomendemos en sus manos todopoderosas, no tenemos derecho a disfrutar de la paz y la felicidad. “Mientras el mundo no aprenda estas tremendas lecciones de la Palabra de Dios no hay esperanza para él. Habrá guerras y más guerras. Que Dios nos dé la gracia para aceptar este mensaje de la Biblia y aprender a ver las cosas no desde el punto de vista político sino del espiritual. “Este principio tiene aplicación personal. Debemos enfrentar nuestra situación personal de la misma manera, preguntándonos: ¿Hay algo en mi vida que está mereciendo el castigo de Dios? Examinémonos y humillémonos bajo la poderosa mano de Dios y preocupémonos principalmente por el estado de nuestras almas. El problema es que siempre miramos a la situación y al problema, en lugar de procurar el descubrir si hay algo en nuestra vida que le conduce a Dios a proceder de esta manera. En el momento en que yo me preocupo realmente del estado de mi corazón, en lugar de mi aflicción, estoy ya transitando por la avenida de la bendición de Dios […] Cuando las cosas nos son aparentemente adversas no debemos analizar la situación y formular preguntas, sino mirarnos a nosotros mismos y preguntar: ¿Cómo está mi corazón? ¿Qué me está diciendo el Señor por medio de esto? ¿Qué es lo que hay en mí que está mereciendo esta acción por parte de Dios? Después de examinarnos y humillarnos deberíamos colocarnos en las manos de Dios y decir: Tú camino y no el mío, Señor, no importa cuán duro sea.

"Mi única preocupación es que mi corazón esté bien contigo. Sólo pido que en la ira recuerdes la misericordia, pero sobre todo, continúa con tu obra para que mi alma sea avivada y que sea agradable a tus ojos. “Esa fue la actitud de Habacuc. Fue la actitud de todos los verdaderos profetas de Dios.  Es siempre la actitud de la Iglesia en todo tiempo de despertar espiritual y avivamiento.  Es la única actitud correcta, bíblica y espiritual para la Iglesia y para cada creyente en lo individual en esta hora presente. Deberíamos pensar menos en la amenaza del comunismo, o en cualquier otra cosa que ponga en peligro a la Iglesia, y estar más preocupados acerca de su salud y su pureza, y por sobre todo esto mostrar preocupación por la santidad de Dios y dolor por el pecado humano".

Como ve,  es una cuestión de enfoque. Quizás los creyentes, ahora inundados hasta la saciedad de “coronavirus”, de la manera de contenerlo y de la espera de una vacuna,  debemos empezar a enfocarnos en la plaga por la cual  estas cosas vienen al mundo, y por la que la iglesia hoy es disciplinada: “El pecado”, esperando más bien que sea la gracia de Dios purificando la iglesia y su gloria manifiesta en esta generación. No queremos la salida más inmediata, queremos que Dios nos otorgue la salida en la que Su Nombre y su Evangelio sean más glorificados, su iglesia purificada y nuestras almas traídas a la piedad. Además que esto puede marcar el principio de un gran avivamiento, uno que muchos cristianos hemos pedido por muchos años y que esperamos ver antes de ser llamados a la patria celestial.

9 comentarios:

  1. Gloria al Señor, por estas palabras tan oportunas para el pueblo de Dios.

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  2. Bendito sea el Señor. Sin duda alguna este mensaje nos hace reflexionar en cuáles deben ser nuestras prioridades como hijos de Dios.

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  3. Fui muy edificado, y Mi deseo es que la Gloria de Dios sea manifestada en el presente tiempo, para confrontarnos con nuestro pecado.

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  4. Gracias padre eterno por tus p santa q restauran vida y me enseñan hacer más umilde, y a ponerte en primer lugar en mi vida amen

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  5. Gloria a Dios por este mensaje tan oportuno que lleva a reflexionar y ver la situación de otra manera. Qué se cumpla el plan de Dios, es lo importante, lo que merecemos, eso tendremos.

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  6. Gracias padre eterno cada día nos muestras más tu amor y micericordia trayendo consuelo a nuestras almas y revelando os cadia tu voluntad obra Señor para con tu iglesia y que haya sensibilidad en tu iglesia y que cada día se humille en tu presencia

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  7. Bendito sea nuestro SEÑOR JESÚS, gracias por tan hermoso mensaje él quiere un avivamiento en su pueblo y que le demos el primer lugar en nuestras vidas

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  8. Con que prontitud y empeño nos aferramos a las cosas de este mundo y cuánto nos cuesta mirar y desear las cosas del cielo. Que Dios tenga misericordia de su iglesia. Muchas gracias por este apropiado mensaje.

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  9. Muchas gracias pastor por este mensaje que Dios siga bendiciendo la iglesia y que alla ese avivamiento en nuestros córazones

    saludos pastor Jorge E. Castañeda

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