Por Eric
Davis
Tal vez
usted ha oído esto. “No podemos llegar a la iglesia hoy, así que haremos
iglesia en familia”. “Puedo hacer iglesia en una caminata esta mañana yo solo en
la creación de Dios”. “La iglesia realmente son las personas, entonces podemos
hacer iglesia donde sea. Dios está en todo logar después de todo”.
¿Realmente
necesitamos ir a un edificio en un día determinado para que cuente como
iglesia? Si es así, ¿esto no es legalismo?
Cada vez
más, esto se está convirtiendo en la forma más popular de “hacer iglesia”. Pero
¿Cómo discernimos qué representa y qué no lo hace ir a la iglesia? La Palabra
de Dios tiene plena sabiduría sobre este problema.
En
resumen, “mi caminata solitaria” o “la Biblia abierta en la sala con los niños”,
no es iglesia. Aquí hay unas pocas razones de por qué hacer Iglesia fuera de la
Iglesia no es iglesia.
1. Nosotros no nos acercamos a otras áreas de
la vida de esa manera.
Aseverar
que podemos alejar a la iglesia de la iglesia es una forma incomparable de
abordar los eventos de la vida. ¿Nos acercamos a otras áreas de la vida
así? Esposos, la próxima vez que programen un día en familia, justo antes que llegue,
díganles a sus esposas: "Cariño, en realidad voy a hacer nuestro tiempo en
familia, en un viaje de campamento solitario. Pero pensaré en ti y en los
niños mientras estoy sentado allí con el perro y mi cuchillo mientras como
enlatados. Todavía cuenta como tiempo familiar, ¿verdad? No tenemos que
ser todos legalistas, cariño".
Me
pregunto si usaríamos la frase de "iglesia lejos de la iglesia" para
otras cosas en la vida, como perder el juego, el ballet de nuestra hija,
nuestro hobby o esa película que realmente queremos ver. "Voy a
abandonar el ballet de mi hija, pero “haré el ballet” al recordar las movidas
que la vi practicar en la sala la semana pasada". "Voy a extrañar
cazar con el equipo hoy, pero voy a cazar viendo cazar en YouTube en mi casa”.
“No llegaré al estreno de esa película, pero “haré la película” viendo el
preestreno en mi teléfono ". Un video de YouTube no es igual a estar
cazando con el equipo. Meditar en su gran salto de ballet no es asistir al
ballet de mi hija. Ver la vista previa de una película en mi pantalla de
seis pulgadas no es estar en el estreno de ella. Y hacer iglesia en casa,
en el automóvil o en una caminata no es hacer iglesia.
2. Ya que no somos Dios, no podemos redefinir
las cosas que son Suyas.
Si somos
la cabeza de una organización, entonces podemos definir las cosas en esa
organización. Si usted es el fundador de una empresa, puede definir los
objetivos de su empresa. Puede definir estándares para sus empleados,
porque usted está sobre eso.
Cristo es
la cabeza de la Iglesia (Efesios 1:22-23). Él compró la Iglesia con su
vida (Hechos 20:28). Dio a luz la existencia de la Iglesia. Es su
Iglesia (Mateo 16:18). Entonces, Él dice cómo son las cosas. Cuando Él
establece cosas para su Iglesia, así es como tienen que ser. Cristo ha
especificado que apariencia debe tener cada cosa en su iglesia. Y no hay textos
bíblicos que digan: "Bueno, si quieres alterar esta cosa que Yo he
especificado, adelante". Así es cuando se trata de hacer las cosas a la
manera de Dios. Él es tan grande y digno que es razonable que enfoquemos
sumisamente y con cuidado lo que Dios dice acerca de la iglesia. Veremos
algo de lo que eso significa a continuación.
"Esta es mi iglesia hoy. Puedes encontrar a Dios donde quiera que le busques esta mañana. Él prometió ser hallado. |
3. La adoración a Dios no es un esfuerzo
auto-determinado.
Gran
parte de la Biblia comienza con Dios exponiendo lo que significa, y no
significa adorarlo. Una conclusión de Éxodo y Levítico es: "Este
glorioso Dios no nos deja los detalles de la adoración a nosotros". Esto
se debe a que uno de los grandes problemas con la humanidad es que la
depravación nos hace incapaces e indispuestos a adorarlo
correctamente. Hemos fabricado 10.000 maneras de adoración. Y cada
una de ellas es profana e idólatra.
Ni una
sola vez en la historia de la humanidad una persona o personas han ideado la
forma correcta de adorar al verdadero Dios. Es por eso que necesitamos la
Biblia. Cuando sea que el hombre tome el enfoque de auto-determinación
para adorar a Dios, resulta haciendo un ídolo. En su gracia, Dios,
prescribe la adoración al hombre pecador por una buena razón. ‘No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual
morasteis; ni haréis como hacen en la tierra de Canaán, a la cual yo os
conduzco, ni andaréis en sus estatutos’ (Levítico 18:3) ‘Y no
andéis en las prácticas de las naciones que yo echaré de delante de vosotros;
porque ellos hicieron todas estas cosas, y los tuve en abominación’ (Levítico 20:23). Considera los
tiempos del Antiguo Testamento con todos esos sacrificios de sangre, ¿Acaso alguien
podría ofrecer un sacrificio en casa? ¿No sería eso lo suficientemente
bueno siempre que tuvieran buenas intenciones y pensaran en Dios? Aquellos
que ofrecieron un sacrificio fuera del tabernáculo serían asesinados (Levítico
17:8-9).
El punto
es que la adoración apropiada de Dios no es un esfuerzo
auto-determinado. Dios no nos ha dejado a nosotros decidir qué define
obedientemente la reunión como la iglesia para la adoración colectiva.
4. Iglesia significa algo específico en el
Nuevo Testamento.
Ni una
sola vez en el Nuevo Testamento se refiere Dios a un individuo o a los padres y
sus hijos como la iglesia. Los individuos son llamados por su
nombre. Las familias se llaman hogares. Pero ellos no son llamados
"iglesia" ni se dice que están haciendo iglesia. Un grupo
arbitrario de cristianos no se llama iglesia, como en el cuerpo reunido para la
adoración colectiva.
A veces en la Escritura,
"iglesia" se refiere al cuerpo universal de creyentes (por ejemplo, Hch.8:3, 9:31; Ef.1:22, 5:2),
y otras veces se refiere a cuerpos locales de creyentes (por ejemplo, Hch.14:23, 20:17; Ap.1:11, 22:16). Cuando
Pablo y su equipo entran en Filipos, encuentran a algunas personas orando junto
al río (Hch.16:13). Luego, se encuentran con el carcelero y su casa en un
hogar (Hch.16:34). Ninguno de los dos lugares fue considerado una
iglesia. Necesitaban ser bautizados y reunidos con otras personas
regeneradas bajo el liderazgo bíblico. Creta tuvo una situación
similar. Si bien había muchos cristianos esparcidos por la isla, necesitaban
ser guiados y reunidos bajo un liderazgo bíblico calificado (Tito 1: 5-9). Hasta
entonces, Pablo no lo consideró eclesiológicamente completo (Tito 1: 5).
Durante
los primeros días del libro de Hechos, la iglesia estaba en su infancia, en sus
etapas fundamentales. Dios la maduró hacia el final del primer
siglo. Para cuando llegamos a 1 y 2 Timoteo y Tito, el apóstol prescribe y
entrega muchos de los ingredientes necesarios de una iglesia local. Los
creyentes contemporáneos tienen la responsabilidad de observar estas
prescripciones a fin de mantener la idea de Dios sobre la iglesia.
El punto
de Pablo en 1 Corintios 14 es que la reunión de la iglesia debe verse de
cierta manera. El camino de la autoexpresión egocéntrica de los dones no
contó para Pablo (1 Corintios 14:12, 23). A medida que ciertas
personas usan sus dones de manera inteligible en la reunión corporativa, se
exhorta a que todo el cuerpo reciba edificación (1 Corintios 14:26). La
inteligibilidad y el orden deben ser abundantes (1 Corintios 14:33, 40). En
otras palabras, la reunión de la iglesia debe hacerse tal como Dios la define.
Todo eso
para decir que el significado de iglesia no es algo definido arbitrariamente en
el Nuevo Testamento. En parte, el énfasis está en la reunión del cuerpo
corporativo para la edificación, de una manera ordenada, de acuerdo a los
mandatos prescritos a los líderes de la iglesia. Consecuentemente, no
servirá considerarme "haciendo iglesia" fuera de la iglesia local.
5. La reunión corporativa observa que Dios
nos ha salvado en el cuerpo de Cristo.
"Bueno,
la iglesia no es un edificio. Es su gente. Entonces, si estoy con
cristianos, entonces es técnicamente iglesia”. Como se demostró anteriormente en el N°4, el
Nuevo Testamento no respalda ese argumento. Quizás se pueda pasar el
tiempo con la familia o con algunos amigos cristianos compartiendo unos a otros,
o estudiando la Biblia u orando. Pero esta no es la iglesia reunida en
obediencia para la adoración colectiva.
Eso es precisamente lo que el
escritor de Hebreos corrigió. Varias personas, y probablemente familias,
no se estaban reuniendo con la iglesia para la adoración colectiva. En
respuesta, él no dice: "Ah, claro, la iglesia no es el edificio, así que
adelante, tienen permiso para abandonar la adoración colectiva". En cambio
dice: ‘no dejando de congregarnos, como
algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que
aquel día se acerca. Porque si pecáremos voluntariamente después de haber
recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los
pecados’ (Hb.10:25-26).
Pablo se
dirigió a una actitud individualista hacia el cuerpo de Cristo que plagaba la
iglesia de Corinto. En su argumento va contra la actitud de "la
iglesia no es un edificio, así que puedo hacer iglesia donde sea". Hablando
a una iglesia local, escribe: ‘El cuerpo
no es un miembro, sino muchos’ (1 Cor.12:14). Sí, la iglesia no es un
edificio. Y no, tú y tu familia no constituyen la iglesia. Un cuerpo
local se compone de muchos miembros. Necesitas esos otros miembros, y
ellos te necesitan. ‘Si todo el
cuerpo fuera un ojo, ¿dónde estaría la audiencia? Si todo el mundo oyera,
¿dónde estaría el sentido del olfato?’ (1 Cor.12:17).
Considera
la ilustración de Pablo; un cuerpo. ¿Puede un pulmón ser considerado
un cuerpo? "Bueno, dirás, no soy solo yo, es mi familia también".
¿Pueden dos riñones y una axila considerarse un cuerpo? El tipo de iglesia
del Nuevo Testamento exhibe que Dios ha creado ese grupo de creyentes como un
cuerpo en funcionamiento (1 Cor.12:18). Este cuerpo no es
perfecto. Necesita trabajo. Pero es un cuerpo, y es mucho más que
pulmones y riñones deslizándose por el suelo de nuestra cocina.
Mi
familia arrodillada en casa no es el cuerpo local y representativo de
Cristo. Caminar con algunos amigos no es el cuerpo de Cristo. Salir a
esquiar con amigos incrédulos no es el cuerpo de Cristo. Hacer iglesia
lejos de la iglesia no es iglesia porque hacer iglesia sin la iglesia no es
iglesia.
Nuestro
buen Dios nos ordena que abandonemos esta falacia del “llanero solitario” y, en
su lugar, nos reunamos con su pueblo para adorarlo. Hacerlo, expresa la
maravillosa verdad que pertenecemos a algo más grande que nosotros
mismos. Nosotros pertenecemos al cuerpo de Cristo. Reunirse con la
iglesia muestra que acogemos con entusiasmo el buen deseo de Dios de
sumergirnos ansiosamente en su iglesia visible y viviente; el cuerpo de
Cristo. La apatía a reunirse con la iglesia es apatía hacia Dios y la
Cabeza del cuerpo.
6. La iglesia constituye, en parte, un grupo
de creyentes bajo el cuidado comprometido de un liderazgo calificado presente
para bendecir al cuerpo local.
Las
"iglesias en casa" son populares en muchos lugares en estos
días. Es genial que la gente quiera reunirse con otros para estudiar la Palabra
de Dios. Pero a menudo estas reuniones carecen de algo
crítico; liderazgo bíblicamente calificado y afirmado. Una vez más, Pablo
no consideró las cosas como completamente fieles en una iglesia sin tales
líderes (por ejemplo, Hechos 14:23, Tito 1: 5). Al final del
primer siglo, los apóstoles delegaron ancianos/pastores para tomar el relevo en
el cuidado pastoral de las iglesias (1 Tim.3:1-7, Tito 1:6-9, 1 Pd.5:1-4). Los
líderes probados, físicamente presentes, eran necesarios en cada iglesia.
Necesitamos
honrar a Dios y la forma en que Él ha decidido cuidar de sus
iglesias. Parte de eso es trabajar para levantar e instalar líderes
bíblicamente calificados y afirmados (1 Tim.4:14, 2 Tim.2:2, Tito 1:5-9). Otra
manera de expresar dicha honra es reunirse para la adoración con una iglesia
donde tales cosas existen. La adoración colectiva prescrita implica la
predicación de la Palabra de Dios, la administración de las ordenanzas y la
disciplina, según sea necesario, a través de líderes cualificados (Mt.18:15-20, 1
Tim.3:2, 4:13, 2 Tim.4:2). Definitivamente uno no puede cumplir
con todo eso “yendo a la iglesia” con sus amigos en una caminata.
“Bueno -dirá
alguno-, nosotros nos sentamos bajo la Palabra y escuchamos a un pastor
calificado encargado de predicar. Nosotros vemos a nuestro pastor favorito
en vivo los domingos en nuestra sala”. Ciertamente hay situaciones intermedias
y temporales en las que podemos hacer eso. Podemos pertenecer a la plantación
de una iglesia en el proceso de convertirse en iglesia o experimentar la
providencia de haber perdido a nuestro pastor. Pero estas circunstancias no
deberían, y no necesitan, ser soluciones permanentes. Necesitamos líderes
físicamente presentes para pastorearnos.
Incluso
si el Nuevo Testamento se hubiese escrito en el virtual Siglo 21, lo ideal siempre
sería una iglesia que está físicamente, y no virtualmente reunida. Es
posible y necesario hacerlo. Incluso con las muchas limitaciones del
primer siglo, el pueblo de Dios pudo viajar, entrenarse y conseguir que los
líderes locales se levantasen para que los líderes estuvieran físicamente
presentes en las diversas iglesias (por ejemplo, Hch.14:23, Tito 1:5). Y
lo hicieron incluso en iglesias a pocos kilómetros unos de otros (por ejemplo,
Corinto y Cencrea, Rom.16:1).
“Bueno -dirá
otro-, nuestra familia hace todo lo que hace una iglesia los domingos".
¿Es papá un pastor? ¿Ha sido reconocido y afirmado como tal por un cuerpo
de líderes de iglesia local actualmente calificado y reconocido (1 Timo4:14)? ¿Cómo
está disciplinándose la gente de tu iglesia familiar? ¿Y no hay un cuerpo
local del Nuevo Testamento con el que puedan reunirse?
En pocas
palabras: no puedo considerar arbitrariamente mi grupo de personas reunidas en
un domingo, una iglesia si no incluye un cuerpo regenerado de individuos
comprometidos el uno con el otro, líderes bíblicamente calificados y afirmados,
predicación de la palabra, administración de las ordenanzas y conducción
bíblica disciplina de la iglesia según sea necesario. Por lo tanto, no podría
considerar a un grupo como una iglesia ni su actividad como “hacer iglesia”.
Se podría
decir más sobre qué es y qué no es la iglesia. Pero los cristianos deben
desechar los intentos de justificar que la iglesia se aleje de la iglesia como
iglesia.
No nos
acercamos a otras áreas de la vida de esa manera. No somos Dios, y por lo
tanto no tenemos autoridad para redefinir los asuntos de su iglesia. Las
verdades sobre la iglesia y la adoración no se definen arbitrariamente, sino
que significan algo específico en el Nuevo Testamento. Reunirse con el
cuerpo bajo el pastoreo de líderes bíblicamente calificados demuestra el
privilegio que tenemos de pertenecer a algo más grande que nosotros; la
mejor organización del universo.
Deberíamos
considerar un privilegio y una alegría reunirnos semanalmente con el pueblo de
Dios. El cuerpo nos necesita y necesitamos el cuerpo. Necesitamos lo
que Dios desea darnos a través de un liderazgo calificado y
afirmado. Necesitamos ver y ser vistos. Si vamos a faltar a la
iglesia y permanecer con la familia por algún motivo y vamos a intentar
complementarla, simplemente diga a sus niños: “Vamos a estudiar la Biblia,
cantar algunas canciones y orar como familia, pero esto no es iglesia”.
Tomado y
traducido con permiso de:
Traducción:
Alejandra Castañeda
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