Es
necesario entonces que la iglesia obedezca la exhortación paulina de no
transigir con el mundo, de no amoldarse. Muchos en la iglesia procuran sin
discernimiento contextualizar el evangelio y hacerlo pertinente para esta época
y ¿Con qué nos hemos quedado? Con un cristianismo posmoderno, con varias
versiones de evangelio, donde al parecer todos tenemos la razón, pero a la vez
nadie la tiene, donde debemos prestar más atención al construir y dialogar que
a discernir y enseñar. Son otras épocas, y la iglesia debe saber cómo
responder. Permítame tocar otro asunto que es prominente en el pensamiento posmoderno y que se ha infiltrado directamente a la iglesia
del Señor de manera que hace parte de la forma como se ve hoy el cristianismo
en muchos lugares. No es el único asunto mundano que se ha infiltrado en el cristianismo, ya hemos hablado del relativismo religioso y del subjetivismo en el cristianismo, pero seguramente este valor común es suficientes para despertar más y más nuestro
discernimiento y huir de amoldarnos a este mundo. Hablaremos del pragmatismo
religioso entonces.
Pragmatismo religioso
- ¿Qué es el
pragmatismo religioso?
Otra
vez, no queremos hacer referencia al significado más amplio de lo que es el
pragmatismo, sino al que se ha infiltrado en la iglesia. Hablamos de
fundamentar un asunto o darle el estatus de legítimo, por el resultado que
produce, independientemente si los medios por los que se persigue tal o cual
asunto, son bíblicos. El pragmático está afanado por los resultados, no por la
fidelidad bíblica. Así, califica lo bueno o lo malo, lo eficaz o no, el éxito o
el fracaso, de acuerdo a los resultados últimos. La pregunta del pragmático es
¿Qué me traerá determinados resultados o mejores resultados? ¿Qué será
conveniente hacer en este contexto o qué será más sabio creer bajo esta
circunstancia? ¿Qué servirá en este contexto? ¿Qué se adaptará mejor a esta
circunstancia? ¿Cómo esquivamos los inconvenientes que nos puede traer hacer o
no esto?
Las
preguntas que no se hará quien esté bajo la influencia del pragmatismo es ¿Qué
enseña la Palabra de Dios en este asunto? ¿De qué manera nos podemos apegar a
las Escrituras en esta circunstancia específica? ¿Qué principio de la Palabra
de Dios regirá en este contexto? ¿Cómo ser fieles a la Palabra de Dios
independientemente los problemas que -al ser fiel-, vaya a traer sobre mí?
¿Puedo juzgar el éxito o la eficacia de algo basado en los resultados o
evaluaré su legitimidad según lo que diga la Palabra de Dios?
- ¿Cómo se
evidencia el pragmatismo religioso en la iglesia?
El
pragmatismo en la iglesia se manifiesta en dos asuntos muy sensibles. En la
adaptación de valores o estándares mundanos y en los métodos usados para lograr
las cosas. Hablemos de lo primero. Hoy la iglesia ha adoptado estándares
mundanos que se sitúan como objetivos o metas a las que se debe llegar. Éxito,
influencia, alcance, multitudes, preeminencia, sensaciones, han venido a
ponerse como las metas de las iglesias en la actualidad. Esto va más allá, se
califican ministerios e iglesias por estos mismos estándares, la mejor iglesia
o el mejor ministerio es aquel que tiene éxito, influencia, alcance,
multitudes, preeminencia, el que ofrece ciertas sensaciones, etc. Preguntamos:
¿De dónde la iglesia sacó estas metas, estos estándares hacia los cuales
apunta? ¿Son estos valores los que deben acompañar el desarrollo de la iglesia,
son asuntos que Dios planeó para nosotros, son asuntos que la Palabra de Dios
señala que busquemos? No, de ninguna manera, son valores y estándares
humanistas.
Hablemos
de lo segundo. El pragmatismo no solo se evidencia en la adaptación de valores
o estándares mundanos sino en la implementación de procedimientos o métodos no
enseñados por las Escrituras, para conseguir un resultado. Aquí el asunto es
más sensible, porque en algunas ocasiones, puede que lo que se quiera sea
legítimo, aun así, es un error al procurar alcanzar dicho objetivo por métodos
humanistas, por procedimientos que la Biblia no enseña con claridad.
El
pragmatismo se evidencia en que ya la iglesia apunta a estándares mundanos,
bajo motivaciones mundanas y se da a procedimientos mundanos para conseguir
fruto espiritual. La iglesia quiere ser “exitosa”, entonces persigue ser
influyente con las herramientas que le ofrece una cultura caída, sea cierta
adoración, ciertos programas, cierta estructura. ¿Quién afirmó que la iglesia
debería buscar el éxito? Segundo ¿Quién define para nosotros éxito? Tercero
¿Quién mandó hacer rodar tal o cual procedimiento para alcanzar esto? Como ve,
de principio a fin el pragmatismo está lleno de vicios pecaminosos. ¿Qué atrae
a la gente? ¿Qué la mantiene alegre en las bancas de una iglesia? ¿Qué les da
un sentido de satisfacción permanente? Así se parte del contexto, así se parte
del hombre porque “El hombre es la medida de todas las cosas” y se relega la
palabra de Dios a un segundo plano, así se proclame que todo es para la gloria
de Dios.
Recordemos
Jeremías 44:16-18: ‘La palabra que nos
has hablado en nombre de Jehová, no la oiremos de ti; sino que ciertamente
pondremos por obra toda palabra que ha salido de nuestra boca, para ofrecer
incienso a la reina del cielo, derramándole libaciones, como hemos hecho
nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes, en las
ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén, y tuvimos abundancia de pan, y
estuvimos alegres, y no vimos mal alguno. Mas desde que dejamos de ofrecer
incienso a la reina del cielo y de derramarle libaciones, nos falta todo, y a
espada y de hambre somos consumidos’.
¿Sobre
qué fundamento levantaron su creencia y práctica? Sobre lo que les funcionó,
independientemente de lo que la Palabra de Dios enseñaba. Mientras se dieron a
la idolatría, nada les faltó, mientras sirvieron a deidades paganas, les fue
bien, pero cuando se volvieron a Dios, vieron el mal. ¿Cómo razonaron? Todo lo
que nos funciona, todo lo que nos da felicidad, todo lo que promueve nuestra
prosperidad, eso es lo correcto, independientemente lo que la Palara de Dios
afirme. Mire los resultados y concluya qué es lo bueno, lo que hay que hacer,
lo que ay que creer. Mire con los estándares mundanos si ese resultado se
consigue y habrá que hacer lo que nos lleve a esto, si la Biblia coincide,
perfecto, si no, la haremos coincidir, pero haremos lo que nos lleve a
conseguir ciertos fines.
- ¿Por qué es un
peligro?
Si
hay una vía directa hacia la mundanalidad, es el pragmatismo. El pragmatismo ya
es mundano y no solo atrae valores mundanos a la iglesia, lleva la iglesia y la
diluye en la cultura. Piensa si después de tanta contextualización, conciertos,
música pop, teatro, lúdica, cámaras, luces y humo, tenemos una iglesia más
pura, santa y poderosa. Tenemos lo que queremos, éxito, grandes personalidades,
multitudes, pero no más santidad, abnegación, evangelio ni evangelismo. No solo
el mundo ha carcomido las estructuras eclesiales, el mundo atrajo hacia sí la
iglesia y la está diluyendo en su propio ácido cultural. Aceptémoslo, la
filosofía pragmática ha traído más mundo a la iglesia que lo que ha llevado el
evangelio al mundo.
¿Qué
hizo que el apóstol Pablo en medio del templo de la sabiduría del mundo, haya
abandonado todo intento de vindicar el evangelio desde la filosofía humanista
(Hch.17:16-34)? ¿Qué hizo que hubiese preferido velar su conocimiento de muchas
cosas para predicar la cruz de Cristo? ¿Por qué se negaría a llevar a la gente
tras su reputación y personalidad y sus experiencias místicas? Lo hizo por su
excesiva confianza en el Evangelio de Cristo, el cual es poder de Dios. Miras
sus expresiones:
1
Cor.2:1-5: ‘Así que, hermanos, cuando fui
a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de
palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna
sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad,
y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras
persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder,
para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el
poder de Dios’.
1
Cor.1:17: ‘Pues no me envió Cristo a
bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que
no se haga vana la cruz de Cristo’.
Fil.3:7-8:
‘Pero cuantas cosas eran para mí
ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun
estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de
Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por
basura, para ganar a Cristo’.
1
Cor.1:21-31: ‘Pues ya que en la sabiduría
de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar
a los creyentes por la locura de la predicación. Porque los judíos piden
señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo
crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles
locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y
sabiduría de Dios. Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y
lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. Pues mirad, hermanos, vuestra
vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni
muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los
sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo
vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo
que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia’.
En última instancia, el gran peligro de andar
en los caminos de la sabiduría humana, aquellos caminos que podemos generar y
manipular, es que hacemos vana la cruz de Cristo, que desechamos la sabiduría
divina y que podemos prescindir del poder del Espíritu Santo. Así, no apartamos
del evangelio de la cruz para traer algo más atractivo, pero jamás eficaz. Que
nuestro buen Dios nos ayude.
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