Por: Jordan
Standridge
Se dice que hay
criaturas en las profundidades de los océanos que aún no han sido descubiertas
al día de hoy. Los astrónomos continúan encontrando nuevas estrellas y nuevos
planetas cada año que, por milenios, han sido vistos sólo por Dios. Cada
animal, planta, y planeta sin descubrir da gloria a Dios por el sólo hecho de
que Él los ve, y es glorificado a causa de su belleza aún siendo el único que
conoce que existen.
De la misma
manera, aunque hay mucho que desalienta cuando miramos la situación de las
iglesias hoy, realmente creo que también hay mucho que anima en ellas. Creo que
Dios tiene hombres ubicados específicamente alrededor del mundo, que le dan
gloria cada domingo, y nadie más aparte de sus congregaciones conoce algo
acerca de ellos.
La semana pasada estuve
de vacaciones con mi familia. Y como estaríamos de vacaciones un Domingo,
busqué una iglesia para asistir. No fue la decisión más fácil de tomar, dado
que los buscadores de iglesias de las páginas de TMS (The Master’s Seminary) y
9 Marcas arrojaban cero iglesias, pero al final, asistí a una iglesia basado en
una búsqueda de Google. Llegamos justo cuando estaba comenzando. La primera
canción comenzó. Mientras caminaba por el salón, había cerca de 40 o 50
personas presentes. Mis expectativas no eran muy altas con base en experiencias
de vacaciones pasadas.
Pero la iglesia me
sorprendió grandemente. La gente fue amistosa, la música estuvo fantástica, el
servicio estuvo muy organizado, pero sobretodo lo que más me impresionó fue el
pastor. Estaba muy gozoso. Se puede decir que era un pastor gentil. Había sido
pastor por sólo 16 meses más o menos, y desde entonces había empezado a
predicar la carta de Colosenses. Justo ese domingo yo presencié su último
sermón de la carta. Se había preparado muy bien. Se puede decir que la carta había
cambiado su vida y había aumentado su amor por Cristo. Constantemente hablaba
del tema principal de Colosenses a medida que recordaba a su iglesia las
diversas lecciones que había aprendido en los más o menos 60 sermones de la
carta y, en la gran mayoría, era fiel al texto. En un punto, incluso se puso
bastante emotivo al pensar que estaban acabando ya con la carta y que era el
mensaje final.
Cuando miré
alrededor, la gente estaba comprometida, estaban escuchando y lucían
agradecidos por el mensaje. Aún así había varias sillas vacías. Cuando pensé en
el mensaje en el transcurso de la semana, permanecí pensando en el hecho de que
Dios debe estar agradado de ese hombre. Claro, debo decir que no lo conozco, no
conozco la historia de su iglesia ni los problemas que pueden tener
actualmente. Pero, aún así, estuve increíblemente animado de ver a un pastor de
una iglesia pequeña (una mega-iglesia comparada con las de Italia donde crecí,
pero pequeña para Estados Unidos), que obviamente había preparado muy bien su
sermón. Tomó su valioso tiempo para ir por toda la carta de de Colosenses
asegurándose de sacar cuanto más pudiera de ella. Estaba predicando
aplicaciones en su mensaje, muy animado, y obviamente quería que el sermón
cambiara la vida de su gente, todo mientras tenía una increíble y motivadora
sonrisa […].
Digamos
simplemente que yo estaba impresionado. Usualmente he oído a Paul Washer y a
Steve Lawson decir cosas como “los mejores pastores en el mundo pastorean
iglesias pequeñas y nadie nunca ha oído acerca de ellos”, y nunca estuve seguro
de estar de acuerdo con ellos hasta ahora. No hace mucho, estuve en un servicio
en la Conferencia de Pastores. Cerca de 5000 pastores se congregaron para
aprender más acerca de cómo predicar a Cristo. Y un pensamiento arrollador se
apoderó de mi mente. Yo realmente no importo tanto como pienso. Sólo soy uno de
miles de personas en el ministerio trabajando duro, pasando a través de
pruebas, predicando a lo largo de la Biblia. Y también al mismo tiempo, si la
gente sabe quién soy yo y qué tan duro trabajo, o cuál es mi actitud mientras
trabajo para el Señor, realmente no importa, porque mi trabajo no es agradar al
hombre, sino más bien, es agradar al Dios del universo.
Vivimos en unos
días y una época en donde se nos dice que el tamaño de la iglesia sí importa.
En las sugerencias de mi Facebook, muy a menudo, tengo anuncios publicitarios
que me dicen cómo puedo llegar a tener más gente en mi comunidad y cómo puedo
aumentar el tamaño de mi iglesia. Aunque siempre deberíamos estar
evangelizando, y trabajando en ganar almas para Cristo, debemos recordar que
nuestra actitud también importa. Si podemos estar gozosos en cualquier
ministerio que Dios nos haya dado, trabajando realmente duro en el ámbito de lo
que hacemos, y dejando a Dios los resultados, y dejándole a Él qué tanta
influencia podamos tener, pienso que entonces y sólo entonces Dios estará
complacido con nosotros. Podemos encontrar formas mundanas para atraer a
cientos o incluso miles de personas a nuestras iglesias, pero sólo cuando somos
fieles a la Escritura y nuestra actitud es la correcta Dios se agradará de
nosotros.
Aunque todos queramos
quejarnos acerca del estado de la iglesia, y en muchos casos con todo derecho,
pienso que es útil recordar, como Dios dijo a Elías hace tanto tiempo, que hay
muchos hombres en el país y alrededor del mundo que pastorean fielmente sus
congregaciones, que las aconsejan con gozo, que diligentemente se preparan y
toman tantas horas preparando sermones para dos docenas de personas, así como
otros lo hacen para miles de personas, y agradan a Su Salvador a través de su
actitud gozosa constante. Me tomó una búsqueda aleatoria en Google para
recordar esto, y estoy agradecido por la experiencia del Domingo pasado.
Gracias a Dios por
estos hombres fieles que, a pesar de las presiones culturales, permanecen
leales a la Escritura y fieles a Cristo. Si tú asistes a una iglesia como esta,
eres increíblemente bendecido, agradece a Dios por Su Gracia en tu vida,
muestra agradecimiento a tu pastor, agradécele por su gran actitud y su gozo al
enseñar la Palabra. Es altamente probable que no lo esté haciendo por dinero o
por fama, sino que lo esté haciendo por tu bien eterno y por su Salvador.
Jordan is a pastoral associate at Immanuel Bible
Church in Springfield, VA, where he leads the college ministry. He is the founder of The Foundry Bible Immersion.
Traducción: Nelson
David González
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