Por: Alan Dunn
La disolución contemporánea de la familia y la
desaparición de la verdadera religión de hoy se pueden atribuir a la ausencia de
la masculinidad piadosa. El cuarto mandamiento ("Acuérdate del día de
reposo para santificarlo") se dirige a la cabeza masculina de la casa, y
el quinto mandamiento ("Honra a tu padre ya tu madre") requiere que
los padres sean honorables.
Lo que está en juego aquí es la administración de la autoridad
legítima. Dios ha creado a la humanidad a fin de tener Su autoridad
implementada a través de la agencia de liderazgo masculino. La necesidad
urgente es para el liderazgo masculino. La vergüenza es la abundancia de
los hombres que no pueden dar liderazgo apropiado en su propio hogar y en la
iglesia de Cristo.
Sabemos que hay una diferencia entre hombres y mujeres,
pero ¿qué es? La respuesta está en Génesis 2. A Adán se le dio la
responsabilidad de nombrar a los animales antes de que Eva fuera
hecha. Esta responsabilidad de definir la realidad en virtud de Dios es la
diferencia distintiva entre el hombre y la mujer. El Adán pre-caído
personifica "la masculinidad piadosa". "Piadosa", en el
sentido que él vivía rectamente bajo la autoridad de Dios. "Masculinidad"
en que Él daba sentido al orden de la creación. Cuando se hizo la mujer,
ya estaba todo definido.
Fíjese que cuando Eva fue engañada por Satanás, intentó
redefinir el fruto prohibido. En el conflicto de la competencia de las
definiciones, Adán abdicó su masculinidad e intercambió la definición de Dios por
la de Eva. Así en la maldición Dios dice: ‘Por cuanto has escuchado la voz de tu mujer...’ (Génesis 3:16).
Débiles, hombres afeminados, incapaces y sin voluntad de
definir, deben ejercer autoridad o estarán destinados a desaparecer. Lea
Isaías 3. Ningún liderazgo pudo ser encontrado. ‘El joven se levantará contra el anciano, y el villano contra el noble’
(v5). ‘Los opresores de mi pueblo
son muchachos, y mujeres se enseñorearon de él. Pueblo mío, los que te guían te
engañan, y tuercen el curso de tus caminos’ (v12). La ausencia de la
masculinidad piadosa es indicativo de la ira de Dios sobre nosotros.
¿Has tenido suficiente de la confusión y la falta de
definición? ¿Conoces el Jesús-Hombre? ¿Estás viviendo por las
definiciones de Dios?
‘Salva, oh Jehová,
porque se acabaron los piadosos; Porque han desaparecido los fieles de entre
los hijos de los hombres’ (Salmo 12:1).
Creemos que sólo la obediencia a Cristo revivirá lo que
falta tan tristemente en nuestros días: la masculinidad piadosa.
Llamado a los
Roles
El llamado del varón es el de liderazgo en el hogar y la iglesia. El de la
mujer es ser su ayudante para lograr los propósitos de Dios. Estas
funciones fueron establecidas en la creación y no fueron alterados por la
Caída. Es el pecado el que nos trae la guerra de los sexos. El pecado
nos hace adversos a vivir como Dios nos creó para vivir. En el pecado, el
hombre es propenso sea al abandono y a abdicar de su responsabilidad de liderar
con amor o propenso a gobernar como un tirano despiadado. En el pecado,
las mujeres son propensas ya sea a rebelarse y a usurpar la jurisdicción
masculina, o a anularse a sí mismas en extrema subyugación.
En Jesucristo encontramos el equilibrio. Él manda
nuestra obediencia, precisamente en el punto en que estamos más propensos a
pecar. La salvación no reorganiza la creación original, pero triunfa sobre
el pecado de la Caída. En el hogar, el rol del esposo cristiano es amar,
cuidar y sacrificarse por su esposa. El de la esposa cristiana es respetar
y someterse a su marido. Asimismo, en el liderazgo de la iglesia el rol
del varón es ser masculino y ejercer su autoridad amorosamente. Las
mujeres están excluidas del ministerio pastoral.
Aquellos que argumentan que una mujer con un grado
divinidad en teología es tan cualificada como un hombre, sacrifica las
ordenanzas de la creación y la autoridad de la Biblia en el altar pagano de la
arrogancia académica. Ellos piensan erróneamente que el ministerio
pastoral es más que otra profesión académica que distribuye información
religiosa. Por supuesto que no, es más bien el ministerio de la autoridad
del Rey resucitado, Jesús, y él, de acuerdo con las funciones que estableció en
la Creación, ha determinado que los pastores han de ser hombres espiritualmente
calificados.
[…] Creemos que las distorsiones modernas de cómo Dios ordenó
la sexualidad son atroces, grotescas, y moralmente repugnantes. ¿Sobrevivirán
nuestras familias, iglesias y cultura a la destrucción de las mujeres que
actúan como hombres y hombres que los dejan?
*Chovinismo o
Chauvinismo es la creencia […] de que lo propio del país o región al que
uno pertenece es lo mejor en cualquier aspecto. (es.wikipedia.org)
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