sábado, 8 de abril de 2017

LA AUSENCIA DE UNA MASCULINIDAD PIADOSA

Por: Alan Dunn


La disolución contemporánea de la familia y la desaparición de la verdadera religión de hoy se pueden atribuir a la ausencia de la masculinidad piadosa. El cuarto mandamiento ("Acuérdate del día de reposo para santificarlo") se dirige a la cabeza masculina de la casa, y el quinto mandamiento ("Honra a tu padre ya tu madre") requiere que los padres sean honorables.

Lo que está en juego aquí es la administración de la autoridad legítima. Dios ha creado a la humanidad a fin de tener Su autoridad implementada a través de la agencia de liderazgo masculino. La necesidad urgente es para el liderazgo masculino. La vergüenza es la abundancia de los hombres que no pueden dar liderazgo apropiado en su propio hogar y en la iglesia de Cristo.

Sabemos que hay una diferencia entre hombres y mujeres, pero ¿qué es? La respuesta está en Génesis 2. A Adán se le dio la responsabilidad de nombrar a los animales antes de que Eva fuera hecha. Esta responsabilidad de definir la realidad en virtud de Dios es la diferencia distintiva entre el hombre y la mujer. El Adán pre-caído personifica "la masculinidad piadosa". "Piadosa", en el sentido que él vivía rectamente bajo la autoridad de Dios. "Masculinidad" en que Él daba sentido al orden de la creación. Cuando se hizo la mujer, ya estaba todo definido. 

Fíjese que cuando Eva fue engañada por Satanás, intentó redefinir el fruto prohibido. En el conflicto de la competencia de las definiciones, Adán abdicó su masculinidad e intercambió la definición de Dios por la de Eva. Así en la maldición Dios dice: ‘Por cuanto has escuchado la voz de tu mujer...’ (Génesis 3:16).

Débiles, hombres afeminados, incapaces y sin voluntad de definir, deben ejercer autoridad o estarán destinados a desaparecer. Lea Isaías 3. Ningún liderazgo pudo ser encontrado. ‘El joven se levantará contra el anciano, y el villano contra el noble’ (v5). ‘Los opresores de mi pueblo son muchachos, y mujeres se enseñorearon de él. Pueblo mío, los que te guían te engañan, y tuercen el curso de tus caminos’ (v12). La ausencia de la masculinidad piadosa es indicativo de la ira de Dios sobre nosotros. 

¿Has tenido suficiente de la confusión y la falta de definición? ¿Conoces el Jesús-Hombre? ¿Estás viviendo por las definiciones de Dios? 

‘Salva, oh Jehová, porque se acabaron los piadosos; Porque han desaparecido los fieles de entre los hijos de los hombres’ (Salmo 12:1).
Creemos que sólo la obediencia a Cristo revivirá lo que falta tan tristemente en nuestros días: la masculinidad piadosa.

Llamado a los Roles
         Los roles de género se establecen en la Creación y se hacen cumplir por la Palabra de Dios. Algunos sostienen que la visión que Pablo tenía de la mujer fue determinada por su cultura. Pero Pablo nos dice que sus opiniones se basan en la creación. Otros dicen que Pablo fue presa de chovinismo* rabínico, por lo que sus perspectivas son simplemente incorrectas. Pero Pablo dice que no es una cuestión de su "perspectiva": ‘las cosas que escribo son mandamientos del Señor’ (1 Cor. 14:37). La autoridad es precisamente lo que está en el centro de este debate. El feminismo es la rebelión contra el Creador y la autoridad de Su Palabra.


El llamado del varón es el de liderazgo en el hogar y la iglesia. El de la mujer es ser su ayudante para lograr los propósitos de Dios. Estas funciones fueron establecidas en la creación y no fueron alterados por la Caída. Es el pecado el que nos trae la guerra de los sexos. El pecado nos hace adversos a vivir como Dios nos creó para vivir. En el pecado, el hombre es propenso sea al abandono y a abdicar de su responsabilidad de liderar con amor o propenso a gobernar como un tirano despiadado. En el pecado, las mujeres son propensas ya sea a rebelarse y a usurpar la jurisdicción masculina, o a anularse a sí mismas en extrema subyugación.

En Jesucristo encontramos el equilibrio. Él manda nuestra obediencia, precisamente en el punto en que estamos más propensos a pecar. La salvación no reorganiza la creación original, pero triunfa sobre el pecado de la Caída. En el hogar, el rol del esposo cristiano es amar, cuidar y sacrificarse por su esposa. El de la esposa cristiana es respetar y someterse a su marido. Asimismo, en el liderazgo de la iglesia el rol del varón es ser masculino y ejercer su autoridad amorosamente. Las mujeres están excluidas del ministerio pastoral. 

Aquellos que argumentan que una mujer con un grado divinidad en teología es tan cualificada como un hombre, sacrifica las ordenanzas de la creación y la autoridad de la Biblia en el altar pagano de la arrogancia académica. Ellos piensan erróneamente que el ministerio pastoral es más que otra profesión académica que distribuye información religiosa. Por supuesto que no, es más bien el ministerio de la autoridad del Rey resucitado, Jesús, y él, de acuerdo con las funciones que estableció en la Creación, ha determinado que los pastores han de ser hombres espiritualmente calificados.

[…] Creemos que las distorsiones modernas de cómo Dios ordenó la sexualidad son atroces, grotescas, y moralmente repugnantes. ¿Sobrevivirán nuestras familias, iglesias y cultura a la destrucción de las mujeres que actúan como hombres y hombres que los dejan?

*Chovinismo o Chauvinismo es la creencia […] de que lo propio del país o región  al que uno pertenece es lo mejor en cualquier aspecto. (es.wikipedia.org)

Tomado de:


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