martes, 10 de noviembre de 2015

LECCIONES DE LA VIDA DE MARTÍN LUTERO

Por Jorge E. Castañeda D.


Por dos eventos en la vida de Lutero, le hemos recordado en un lapso de diez cortos días. El primero de ellos, cuando clavó las 95 tesis en las puertas de la Iglesia de Wittenberg el 31 de Octubre de 1517, lo que de alguna manera marca el inicio de la llamada Reforma Protestante del Siglo XVI. El segundo evento es su nacimiento el 10 de Noviembre en Eisleben, en 1483. Humanamente hablando, nadie puedo haber predicho que un hijo de campesinos alemanes, un día iba a ser un instrumento de reforma en manos del Dios vivo como lo fue Martín Lutero.

 

Si bien, la teología reformada tiene que ver, humanamente hablando, más con Calvino que con Lutero, este paladín del ejército de Dios, es ejemplar en muchos sentidos. Siendo que la historia es la historia de Dios, no podemos dejar de aprender las lecciones que Dios nos dio a través de este hombre. Seguramente que hay muchas más lecciones, pero bástenos reflexionar hoy en estas. Lo hacemos como una manera de honrar la obra de Dios dándonos ese don hace mas de medio milenio en el sentido de Hebreos 13:7: "Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe".

 

10 lecciones a aprendemos del Reformador:

 

 

1. La Biblia es suficiente para pararse en contra del mundo pecador.


En días cuando el emperador y el papa romano tenían todo poder económico, político y religioso, Martin Lutero se situó frente a todo un imperio basado solo en las Escrituras. Su cosmovisión medieval humanista había empezado a cambiar, y este cambio se debió solo a la Biblia. Su inconformidad contra la iglesia no fue por gustos o formas, fue por una comprensión bíblica de la salvación, la fe y la iglesia, entre otras cosas.

 

Los cristianos bíblicos jamás deberíamos siquiera pensar, que además de las Escrituras, debamos acudir a herramientas humanas para la promoción de la gloria de Dios y el verdadero evangelio en este mundo. Consideremos que hoy en muchas iglesias los métodos, estrategias, herramientas humanas se han empoderado. Son los días de la psicologización del cristianismo, el uso indiscriminado de las técnicas empresariales, las ayudas lúdicas y del mundo del espectáculo, son usadas por muchos para “ayudar la simpleza” de la Biblia y así impactar el mundo. Pero la reforma no se apoyó en la inteligencia de los hombres ni sus métodos, sino en la infalible Palabra de Dios.

 

 

2. No es bueno ni seguro ir en contra de una conciencia iluminada por la Palabra de Dios.


Hay una gran diferencia entre vivir de acuerdo a la conciencia, y vivir de acuerdo a la conciencia iluminada por la Palabra de Dios. Lutero nos enseña simplemente, no simplemente a ir en contra de la conciencia, ya que ella también ha sido afectada por el pecado, sino jamás ir en contra de una conciencia que esté esclava, subordinada o cauterizada por las Sagradas Escrituras. Lutero nos enseñó que solo Dios es Señor de la conciencia, que solo la Biblia es quien debe constreñirla, de manera que, jamás deberíamos doblegarnos ante las opiniones o dogmas de un hombre sino solo ante la Palabra de Dios.

 

¿No necesitamos oír esta lección? ¿No es esta la época de la iglesia donde es muy claro que la mayor parte de ella está siguiendo, llanamente hablando, las palabras de los hombres, de sus líderes sin considerar el fundamento bíblico de sus directrices? Los lideres inescrupulosos son capaces de manipular las vidas de sus liderados a su antojo y mueven sus conciencias al vaivén de sus opiniones. Lutero en la dieta de Worms, nos señaló que el camino más bueno y seguro es jamás ir en contra de una conciencia que ha sido alumbrada y subordinada a la Palabra de Dios, y que a menos que  esta fuera persuadida por las Escrituras, ni hombres ni concilios, ni el peligro ni la muerte, deben hacer que ella se traicione en sus dictados legítimos.

 


3. Cuando la gloria de Dios y la pureza del evangelio están en juego, nuestra comodidad y tranquilidad pasan a un segundo plano, si es que es considerada.


Lutero bien pudo haber pasado a la historia como un monje ejemplar e inteligente, en el monasterio agustino de Erfurt, viviendo una piedad para sí mismo. Sin embargo, luego de su vista a Roma donde experimentó un choque existencial y religioso, y su comprensión creciente de las Escrituras, se dio cuenta que la gloria de Dios y la pureza del evangelio estaban siendo masivamente mancilladas por la iglesia opulenta, estratégica, humanista y equivocada a la que pertenecía. Era la gloria de la iglesia la que se perseguía, no la gloria de Dios, y era la comodidad de su jerarquía la que se buscaba, aun  a costa del empobrecimiento de casi todo un continente, empobrecimiento espiritual y la ruina material.

 

Lutero nos enseñó a ponernos en aprietos y a exponernos aún a la muerte si fuera el caso, con el fin de ver el  evangelio puro ser predicado con fidelidad, la fe ser vivida con piedad y la gloria de Dios exaltada con pasión. Tuvo que pasar un tiempo escondido bajo peligro de muerte, vivió para ser calumniado y ofendido por muchos. Pero el fin de ver el evangelio en su pureza y la gloria de Dios resplandecer lo vale todo. No podemos huir de estos dos loables propósitos hoy si es que nos identificamos con la reforma. 

 

Gran parte de la iglesia ha optado hoy por la comodidad, por la falta de sacrificialidad y negación propia, por el menor costo para ser cristiano, por ser amiga del mundo, de la prosperidad material, por la supresión de todo mal temporal, y todo esto en detrimento de la pureza del evangelio. No es la gloria de Dios lo que hoy se persigue sino la gloria del hombre. Pase y mire los opulentos mega templos, el culto a las personalidades, la obsesión por la influencia y la fama entre los lideres religiosos de hoy. El reformador alemán nos enseña que la vida del cristiano debe ser, la de un ponerse en estrecho cada vez que se deba, para hacer avanzar los propósitos de Dios. Que la comodidad conseguida a costa del descuido de nuestro llamado como iglesia, es una comodidad detestable.

 

 

4. La autoridad se vuelve ilegitima cuando se ejerce fuera de la Palabra de Dios.


En sus 95 tesis Lutero cuestionó la autoridad del papa. Usted puede leerlas aquí. Lutero, en su creciente entendimiento bíblico controvirtió las autoridades de su tiempo para hacer lo que estaban haciendo y exigir lo que exigían. Lutero llegó al punto esencial de todo: ¿Cuál es mi máxima autoridad? ¿Sobre cuál autoridad me levantaré y bajo cuál autoridad me regiré? ¿Los hombres? ¿Dios? Así, Lutero entendió que si una autoridad rige en contra de la Palabra de Dios, se vuelve ilegitima y puede -y debe- haber desacato a ella. Lutero puede ser recordado como “el monje rebelde”, siendo esta frase una manera muy simplista de resumir su vida. Él no fue rebelde por serlo, su rebelión contra la iglesia fue por verlos esclavizar todo un imperio ilegítimamente.

 

¿Qué hacer en tiempos como hoy, que los gobiernos y muchos líderes religiosos desean ejercer dominio no bíblico sobre las gentes? ¿Qué hacer cuando los gobiernos pidan que aceptemos y honoremos las filosofías inmorales de este mundo? ¿Cómo obrar cuando algunos pastores exijan conductas extrañas a sus fieles, como los pactos y promesas de cambiar dinero por favores divinos que la Biblia no enseña? ¿Tenemos alguna salida cuando los gobiernos emiten leyes en contra del Dios, de los cultos y del evangelismo? El reformador nos enseñó que una autoridad ilegítima sí puede ser cuestionada y no acatada. No tiene que ver con la persona, tiene que ver con la honra a la autoridad de Dios, primera y máxima autoridad, la cual ejecuta mediante su Palabra. Toda autoridad debe ser rectificada a la luz de las Escrituras para conocer o desconocer su pertinencia. Las palabras apostólicas retumban: ‘juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios’.

 

5. Que la salvación en Cristo es un don de inestimable valor, el cuál jamás se puede comprar o adquirir por medios humanos.



Fue el papa León X quien autorizó la venta de indulgencias o certificados de la salvación a cambio de dinero. Mucho de la teología del momento se había degenerado tanto, que el mundo estaba preparado para escuchar frases como las que salieron de la boca del fraile dominico del Sacro imperio romano, John Tetzel, quien fue comisionado para la recolecta de dinero para ayudar a financiar la construcción de la Basilica de San Pedro, por medio de la venta de indulgencias, que de llegarse a comprar: "el pecador sería más limpio que Adán antes de pecar", que "la cruz del vendedor de indulgencias tiene tanto poder como la cruz de Cristo". 

 

Lutero entendió por la Biblia que el hombre es justificado solo por la fe en Jesucristo. Que el don de la salvación está por fuera del alcance del hombre pecador, que sus obras, es decir, nada de lo que haga, puede poner la salvación a su disposición. En conformidad con el evangelio Lutero enseñó que la atribución de la justicia divina es solo por gracia, teniendo como base el sacrificio de Cristo. Esto es lo que salva a un pecador. Eso significó que los individuos debían acudir a Cristo en arrepentimiento y fe para su salvación y no a la iglesia, sus ritos o indulgencias. 

 

Sin duda, puede que los nombres y rostros de los vendedores de la salvación o del favor divino hayan mudado, pero hoy la oferta es la misma, cambiar dinero por aceptación divina, cambiar burdamente obras por salvación, lo que en sí es lo que subyace en todas las religiones. El verdadero cristiano debe ser el proclamador del evangelio de Cristo, puro y sin adulterar. En épocas cuando la iglesia se promociona a sí misma o cuando promociona una buena moralidad, un impacto social y más, no debemos olvidar que el centro de la Biblia es el evangelio y el centro del evangelio es la cruz de Cristo sin el cual, nadie será salvo. Se trata de Cristo y este crucificado, en su obediencia activa y pasiva para que su justicia fuera atribuida al que por la fe se acerca rendido al Salvador. El día que la iglesia olvido ese mensaje, los cielos se llenaron de nubes negras.

 

 

6. Que interpretar correctamente la Biblia, hace una enorme diferencia en la iglesia y hasta es capaz de crear un cisma.


Eso fue verdad ayer y será verdad siempre. La historia de la iglesia muchas veces ha sido convulsionada por la interpretación bíblica que ha llevado a hombres e iglesia tomar determinaciones radicales. Esto hizo quebrar la hegemonía romana en Europa y por ende del mundo a partir de ese momento. El punto irreconciliable con Roma es que Dios salva por su sola gracia, a través de la sola fe en Cristo. Note el abismo que existe en sostener una salvación por gracia a través de la fe, y una salvación solo por gracia y solo por la fe en solo Cristo, no solo ha hecho un cisma entre el católico romano sino entre los mismos cristianos que insisten en una participación de su libre albedrío como causa de su salvación. Hablamos del cisma entre el monergismo y el sinergismo, tan irreconciliable antes como hoy.

 

Usted debe advertir que en estos días, teólogos protestantes están dando pasos agigantados hacia roma, afirmando que las diferencias entre la reforma y roma son meramente de formas. Esto no solo es demasiado peligroso y contrario a nuestra fe, sino que jamás habrá reconciliación en estos puntos. No todos los cismas son legítimos, pero aquí no encontramos ante uno que sí lo es. La interpretación correcta de la Biblia, siempre va a poner a la iglesia en contra de otros y debe ser así, porque si el mundo ve coherente y aceptable el evangelio que fue descrito como locura, entonces debemos entender que algo anda muy mal en nuestras filas.

 


7. Se debe temer hacer una división o un cisma innecesariamente.


Por otro lado Lutero nos enseñó a jamás procurar una división arbitraria de la iglesia o basada en personalidades o asuntos personales. Cuando Lutero fue presionado a retractarse en Worms, pidió 24 horas para meditar su respuesta. En esto vemos que Lutero no estaba apasionado por crear una división. De manera que oró, meditó, antes de pretender gestar una división. En esto Lutero es ejemplar a la hora de estimar la obra de Dios en el mundo donde hubiese estado dispuesto a retractarse de haber sido persuadido bíblicamente y no sacar adelante su propio proyecto personal.

 

La velocidad con que las congregaciones hoy se dividen, por gustos, por personalidades, por opiniones, no honra el espíritu reformador. Un individuo debería temer dividir una iglesia solo por su opinión o intereses personales, por falta de paciencia o por un celo mal dirigido. Mucho más cuando su motivo no es ni siquiera bíblicamente sostenible. Aunque Dios ha usado la fragmentación de su cuerpo para llevar a cabo sus propósitos, Su voluntad revelada es que nos conocerán como sus discípulos por el amor y la unidad bíblica, esa amor producto de unirnos en la verdad de la Palabra de Dios.

 

 

8. Que la fe en Dios y sus promesas, y la oración, son los recursos más valiosos y cercanos en momentos de angustia.


Si algo caracterizó la vida de Martin Lutero, fue ese espíritu sensible y temeroso con que convivió. Usted se asombrará que Dios haya usado para una tarea titánica un hombre tan tembloroso como él. Pero vemos a Lutero, en muchas ocasiones hasta de forma dramática, luchando en oración, aferrándose por la fe a las promesas evangélicas. Una y otra vez procurando traer la Palabra de Dios a su mente e intercediendo. De él recibimos la famosa frase que uno debería orar siempre sosegadamente, salvo cuando está ocupado, porque entonces, uno debe orar más. Dios le enseñó a depender de Él y este hombre fortaleció sus flaquezas por la fe en el Señor y en oración permanente.

 

Usted y yo debemos lamentar que hoy en este mundo de crecientes recursos, tenemos una paleta más amplia de posibilidades para obrar en momentos de angustia, desplazando así la fe y la oración. Lo que hasta hace poco tiempo nos debió haber llevado a las rodillas en fe real a Dios, hoy nos lleva a la psicología, los métodos de sanidad interior, terapias grupales, frases estandarizadas, métodos y todo un sistema complejo de encuentros, conferencias, consejerías y liberaciones, etc. Por supuesto no tenemos nada en contra de una consejería bíblica, pero hablamos de esa trama engorrosa de métodos y estamentos que el creyente tiene hoy para lidiar con sus angustias y para hacer que la iglesia se vea viva. 

 

Cada creyente debe considerar que lo que sostuvo firme a un hombre en contra de imperios poderosísimos, entonces debe ser de la mayor eficacia para hacerle frente a todas las cosas: La oración y la fe en el Señor.

 

 

9. Que Dios hace mucho con poco.


La Palabra de Dios está llena de casos así. Dios gana las más grandes batallas con muy poco, porque la victoria es del Señor. Una piedra de río, una quijada de burro, 300 hombres, una vara, nos recuerdan lo que un Dios todopoderoso puede hacer en la historia. En ese Octubre de 1517, no hablamos de la avanzada de un grupo, del desarrollo estratégico de una conspiración planeada, de una guerrilla organizada y armada, hablamos de un monje y su Biblia. Hoy día el impacto de esa obra aún se ve y se celebra. Afiance este principio en su alma: Que el mundo completo con todo su poder, jamás es más que un solo hombre ¡Con Dios!

 

La iglesia no debe afanarse por ser tan poca y sin tanta influencia. Esto ha llevado al afán a los mejores hombres que han construido sus propias plataformas para ser vistos. La iglesia debe preocuparse por ser fiel, por estar con Dios. El mundo de hoy todavía no ha visto lo que Dios puede hacer con pocos hombres humildes pero fieles. Es la iglesia, ese remanente fiel, el instrumento divino para llevar a cabo la tarea de la proclamación mundial del evangelio. La iglesia no puede ser una exhibición de todo lo que el hombre puede hacer sin Dios, sino una manifestación viva de todo lo que Dios puede hacer con poco. Fidelidad y no números, es lo que debemos perseguir. Integridad más que influencia, y Dios se encargará de hacer el resto.

 

 

10. Que la mayoría, sí puede estar equivocada.


Muchas personas andan con la “teología de la multitud”, es decir, viven su vida creyendo lo que la mayor parte de la gente cree. Visto así, los evangélicos no deben tener la razón porque en la iglesia de Roma son muchos más y -"No me diga que tantos pueden estar equivocados"-. Muchos cristianos no pueden creer que la reforma esté en lo cierto porque “mire esas grandes iglesias – no me diga que todas ellos pueden estar equivocados”- . Lutero se levantó frente y en contra de un imperio, emperadores, papas, obispos, teólogos, una tradición de siglos, toda una generación, y ¡él tenía la razón! De manera que sí, la mayoría sí se puede equivocar. Por supuesto que Lutero no estaba solo en esto, tenía la Palabra de Dios, la riqueza de hombres en el pasado que siguieron fieles a la Palabra de Dios. Pero en otro sentido, efectivamente, el mundo a una se puede equivocar.

 

Seguramente da más seguridad estar donde mucha gente está. Pero usted jamás puede medir la fidelidad de una iglesia por su número sino por su lealtad y apego a la Palabra de Dios. Quien quiera que lo haya dicho, la frase es verdad: "la anciana más ignorante con una Biblia, es mayor que todos los obispos sin ella". Una iglesia basada en la Biblia es más que todo el mundo sin ella. 

 

Estas son realidades verificables por la historia y gracias a Dios en Lutero las vimos palpables. ¡Que Dios nos de ese espíritu reformador siempre!

 

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