viernes, 23 de octubre de 2015

¿Hay algo más reformado para hacer en esta celebración que atender a la fiel exposición de la Palabra de Dios?




 Es típico que en las celebraciones de una fecha especial, se busque recordar mediante algunos símbolos, aquel significado que mantiene dicha celebración viva. En épocas patrias, sacamos una bandera que ondea en nuestras casas para recordarnos el amor a nuestra patria libre y de alguna manera, aquellos hombres que la hicieron posible. 

Seguramente cuando se acerca otra celebración de aquel 31 de Octubre de 1517, cuando Martin Lutero clavó por segunda vez sus tesis en la puerta de la Iglesia de Wittenberg, Alemania, celebramos la época que este evento representa. Creemos que en sí mismo este acto no era tan trascendental, y visto solo, no representaba más que la opinión de un monje inquieto. Sin embargo, es un acto que se marca como la representación de todo un pensamiento y quizás una teología que había hervido por siglos bajo la superficie de la religión tradicional, y que buscaba ir de regreso a las Escrituras en los fundamentos doctrinales y de vida y que por la providencia de Dios después de muchos siglos, esa vez erupcionó. Sea que la frase “Sola Escritura” se haya o no elaborado en la Reforma, retrata perfectamente la bandera de este avivamiento espiritual. La Reforma jamás puede huir ni superar su apego a las Sagradas Escrituras y la historia misma confirma la juiciosa adhesión de los reformadores al Sagrado Tomo.
Solo para poner un ejemplo entre muchos, Juan Calvino predico alrededor de 4000 sermones desde el pulpito. Para que se lleve una idea práctica de la “Sola Escritura” le diré que Calvino comenzó su serie sobre el libro de los Hechos el 25 de agosto de 1549 y la termino en marzo de 1554. Después de Hechos paso a las epístolas a los Tesalonicenses (46 sermones), Corintios (186 sermones), las Epístolas pastorales (86 sermones), Gálatas (43 sermones), Efesios (48 sermones)…En…1559 comenzó la armonía de los cuatro Evangelios y no la había terminado al morir en 1564. En armonía con su alto aprecio por las Santas Escrituras, no solo predicó sino que escribió comentarios Bíblicos. Cubrió el 75% de la Biblia en sus comentarios. Comentó 24 de los 27 libros del Nuevo Testamento. Al morir ya había dejado 45 volúmenes de comentarios Bíblicos de más de 400 páginas cada uno de ellos. Fue intensivamente un predicador expositivo, nunca abandonó su costumbre de ir libro tras libro de la Biblia. Y todo esto lo hacía con una mezcla excepcional de rigor exegético como erudito que era y sencillez y amor pastoral. Calvino nos dio el más hábil, claro, palpable y gran ejemplo de exposición de las Escrituras que hemos visto por siglos.

De manera que fieles a nuestro legado, déjeme preguntarle si ¿Hay algo más reformado que hacer en la celebración de la Reforma que, en el caso de los pastores, seguir predicando expositivamente con toda fidelidad desde sus pulpitos? ¿Habrá algo más reformado que hacer para conmemorar esta fecha, que acudir a nuestras iglesias a oír la predicación fiel de la Palabra de Dios? Además, ¿no es de lo más reformado tener esto como la práctica los 52 domingos del mes?  
Así que el animo a ondear esta bandera otra vez, con más convicción, porque si lo medita bien, no hay una mejor manera de honrar a Dios esta fecha que haciendo exactamente lo que procuró hacer cuando de su mano nos dio esa bella época conocida como la Reforma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios son importantes. "Que tus palabras sean las necesarias a fin de edificar a quienes las lean".

POR LA SUPREMACÍA DE CRISTO EN ESTA GENERACION

Este blog se hace responsable de lo que publica, pero no se hace responsable de lo que los autores de los artículos o las páginas de las que estos son extraídos, crean en su demás teología o en las practicas que ellos tengan a nivel personal.

Se desea a través de este blog, expresar el pensamiento bíblico coherente, y más cercano a la confesionalidad histórica y reformada y aportar para la aplicación de ella en la vida cristiana, pero no avalamos lo que en contradicción a la fe reformada histórica algunos de los autores hagan o vayan a hacer en un futuro

A Dios sea la goria.