Amigo, al estar en una sociedad como la nuestra, perdemos de vista el alcance de lo que está pasando. Sé que es más fácil y cómodo no mirar esta realidad, pero ¿Cuándo la miraremos? Por este escrito quisiera dejar una breve reflexión en palabras actuales de nuestra situación, seguida por una traducción más precisa de esta reflexión. Parecería que es el mismo escrito, pero no es igual. A lo último quisiera aportar un glosario, para su mayor entendimiento. Espero lo aproveche:
EL CAOS
Ya cuando se termina un año y empieza otro, nos vienen a la mente varias reflexiones de nuestra vida personal y por qué no, de nuestra sociedad. Ha pasado un año más, pero las cosas no parecen mejor, tal vez sea porque no lo son. Al comparar los tiempos pasados con éstos, no hay duda que lo que ahora vemos es un caos. ¿Quién lo puede dudar? Tanto a nivel de lo grande como a nivel de lo pequeño se evidencia este caos. El problema ahora se ve desde las grandes potencias hasta la organización más elemental de la sociedad que es la familia. El problema es que no solo a nivel social estamos sumidos en caos, también lo estamos al nivel de lo moral, de los principios.
A nivel social hemos venido presenciando el desmoronamiento de instituciones y de la economía. Dicen que el problema fue de las grandes potencias llenas de empresarios ambiciosos, empresarios con mentalidad moderna de progreso que exprimen al mundo dejándolo en la ruina. Gobiernos que promueven la justicia social, solo nos dejan un desazón al ver que solo trabajaron para sus propios intereses, usando el esfuerzo del trabajador promedio. Muchas veces se levantan aquellos grupos que hastiados de la realidad y el caos actual, presentan una confrontación a los gobiernos de turno, muchas veces confrontación armada contra las injusticias. Desafortunadamente basados ellos mismos en injusticias, optando por las vías de hecho y no por la justicia que tanto proclaman. Criticando a gobiernos injustos, ellos mismos se mueven entre la injusticia haciendo uso de métodos contra la humanidad como son el narcotráfico, la retención forzada para después exigir un canje humanitario. Otros grupos menos radicales que llevan a cabo su revolución por el lado del libre pensamiento o del pensamiento liberal, quieren que tengamos otra perspectiva de la realidad. Pero fracasan pues ellos mismos son irreverentes frente a las instituciones añadiendo al caos, más caos. Son ellos los que nos quieren enseñar a despreciar lo establecido, solo mientras ellos son lo establecido, luego nos pedirán que nos acojamos a ellos.
Pero ese, pienso, no es el gran problema, la sociedad en si esta entregada a su propio caos a nivel de sus valores, al nivel de su propio pensamiento. Es una sociedad que admira a los librepensadores quienes nos quieren enseñar a vivir sin Dios. No sé cuando proponer una existencia sin Dios vino a ser sinónimo de progreso. Bajo el emblema de 'Libertad' hemos hecho una sociedad más esclava que nunca ya que pensándolo bien no es extraño encontrar que lo que se criticamos en otros, eso hacemos, pensando librarnos de la violencia somos violentos, queriendo salir de la injusticia somos injustos. Debido a que la sociedad está compuesta por seres cuya mayoría se confiesan religiosos pero que no son religiosos en verdad, se ha dejado a esta sociedad sin rumbo, sin principios, sin Dios y vaya caos que tenemos hoy.
Ya muy temprano en las escuelas se pretende elevar la autoestima de los niños, se les estimula a tener amor por lo propio y hace que los niños desde su temprana edad tengan un libre desarrollo de su personalidad que no resulta en nada bueno. De esta forma cuando crecen sin ningún parámetro, llenos de carácter fuerte y autorizados para hacer las cosas de acuerdo a sus inclinaciones, van a optar por distintas inclinaciones que no van de acuerdo a lo que Dios estableció en la Biblia. Como sociedad hemos dejado que nuestros hijos tengan inclinaciones sexuales distintas, y luego para remediar los problemas que esto ha gestado, hemos apoyado la eutanasia, el aborto y otras salidas irresponsables, que dejan la conciencia tranquila del común de la gente, sintiéndose ejemplos de tolerancia.
¿Cómo pretendemos que no haya caos? Es nuestra sociedad donde aquella institución divina del matrimonio dejó de ser, y donde cada cual, llevado por sus deseos irresistibles, se entrega cada vez más temprano en la vida a las aventuras, a las fantasías sexuales, a la unión libre, muchas veces aun a aventuras extra matrimoniales, fomentando el caos de la sociedad. Hasta los sicólogos nos han querido mostrar otra perspectiva de la unión matrimonial, diciéndonos que todo es válido, aun cuando para solucionar ciertos problemas de entendimiento, la pareja tenga que optar por grupos swingers.
¿Qué esperamos? Hemos perpetuado el caos. Los jóvenes han perdido el sentido del hogar y forman subculturas que les permitan desarrollar inclinaciones distintas de irreverencia. Los jóvenes de hoy al no tener modelos de integridad, optan por ser fans de cualquier irreverente o hinchas de cualquier institución, solo por sentirse pertenecer a un grupo que se identifique con su propia perspectiva. Jóvenes y adultos son ahora más apasionados en identificarse como hinchas de tal o cual afición, vicio o equipo, teniendo un pretexto más para amistar si no es con bebidas o elementos estimulantes que les permite escapar de la realidad que todos hemos formado y sentarse tranquilos con su conciencia embarrada. Hemos creado una sociedad amante del dinero fácil, falta de valores. Si amigo, la hemos formado con nuestra participación o con nuestra indiferencia.
En medio de este caos no han faltado respuestas igualmente caóticas. Unos nos dicen que la confrontación es la respuesta, otros piensan que por el lado espiritual es la respuesta. Vemos romerías de gentes dadas a la astrología o el positivismo queriendo encontrar la respuesta este caos. No nos ha faltado el charlatán que con una interpretación nueva de la Biblia nos quiera dar la respuesta al caos, hablándole a sus feligreses de cómo obtener la salud o la prosperidad material usando de sirviente a Dios mismo. Organizaciones llenas de hombres 'religiosos' pero de iguales valores de esta sociedad, ambiciosos, con alta autoestima, pero inútiles a la hora de expresar en sus vidas a Dios y sus principios. No es raro encontrar que muchos de estos religiosos opten por ser simpatizantes de las Iglesia, pero nada más, dando entender con más claridad con que institución tiene mayor compromiso, con el mundo caótico.
Amigo, ya que nadie quiere escuchar la verdad, déjeme escribírsela para que la lea. La transformación de una vida, de una familia, de una sociedad no viene por la tolerancia a lo que hoy vemos, solo Cristo por medio del evangelio puede transformar una vida y una sociedad. Si amigo, lo que nunca había pensado por el caos de su propia vida, Arrepiéntase amigo y crea en Cristo por el evangelio.
TRADUCCION A PALABRAS REALES
LA MALDAD
Ya cuando se termina un año y empieza otro, nos vienen a la mente varias reflexiones de nuestra vida personal y por qué no, de nuestra sociedad. Ha pasado un año más, pero las cosas no parecen mejor, tal vez sea porque no lo son. Al comparar los tiempos pasados con éstos, no hay duda que lo que ahora vemos es maldad. ¿Quién lo puede dudar? Tanto a nivel de lo grande como a nivel de lo pequeño se evidencia esta maldad. El problema ahora se ve desde las grandes potencias hasta la organización más elemental de la sociedad que es la familia. El problema es que no solo a nivel social estamos sumidos en la maldad, también lo estamos al nivel de lo moral, de los principios.
A nivel social hemos venido presenciando el desmoronamiento de instituciones y de la economía. Dicen que el problema fue de las grandes potencias llenas de empresarios avaros, empresarios con mentalidad moderna de progreso que exprimen al mundo dejándolo en la ruina. Gobiernos que promueven la justicia social, solo nos dejan un desazón al ver que solo trabajaron para sus propios intereses, usando el esfuerzo del trabajador promedio. Muchas veces se levantan aquellos grupos que hastiados de la realidad y la maldad actual, presentan contiendas a los gobiernos de turno, muchas veces contiendas armadas contra las injusticias. Desafortunadamente basados ellos mismos en injusticias, optando por la violencia y no por la justicia que tanto proclaman. Criticando a gobiernos injustos, ellos mismos se mueven entre la injusticia haciendo uso de métodos contra la humanidad como son el narcotráfico, el secuestro para después exigir una extorción. Otros grupos menos radicales que llevan a cabo su revolución por el lado del ateísmo o del pensamiento liberal, quieren que seamos engañados. Pero fracasan pues ellos mismos son rebeldes frente a las instituciones añadiendo maldad, a la maldad. Son ellos los que nos quieren enseñar a despreciar lo establecido, solo mientras ellos son lo establecido, luego nos pedirán que nos acojamos a ellos.
Pero ese, pienso, no es el gran problema, la sociedad en si esta entregada a su propia maldad a nivel de sus valores, al nivel de su propio pensamiento. Es una sociedad que admira a los ateos quienes nos quieren enseñar a vivir sin Dios. No sé cuando proponer una existencia sin Dios vino a ser sinónimo de progreso. Bajo el emblema de 'Libertad' hemos hecho una sociedad más esclava que nunca ya que pensándolo bien no es extraño encontrar que lo que se criticamos en otros, eso hacemos, pensando librarnos de la violencia somos violentos, queriendo salir de la injusticia somos injustos. Debido a que la sociedad está compuesta por seres cuya mayoría se confiesan religiosos pero que son incrédulos en verdad, se ha dejado a esta sociedad sin rumbo, sin principios, sin Dios y vaya maldad que tenemos hoy.
Ya muy temprano en las escuelas se pretende elevar la soberbia y el orgullo de los niños, se les estimula a ser celosos y hace que los niños desde su temprana edad se rebelen contra sus padres y autoridades, que no resulta en nada bueno. De esta forma cuando crecen sin ningún parámetro, llenos de ira y autorizados para hacer las cosas de acuerdo a sus pasiones desordenadas, van a optar por distintas inclinaciones que no van de acuerdo a lo que Dios estableció en la Biblia. Como sociedad hemos dejado que nuestros hijos sean homosexuales, lesbianas, y luego para remediar los problemas que esto ha gestado, hemos apoyado el homicidio al enfermo terminal, el homicidio al no nacido y otras salidas irresponsables, que dejan la conciencia tranquila del común de la gente, siendo ejemplo de insensibilidad.
¿Cómo pretendemos que no haya maldad? Es nuestra sociedad donde aquella institución divina del matrimonio dejó de ser, y donde cada cual, llevado por su lascivia, se entrega cada vez más temprano en la vida a las fornicaciones, a la lujuria, a la inmoralidad sexual, muchas veces aun al adulterio, fomentando la maldad de la sociedad. Hasta los sicólogos nos han querido mostrar otra perspectiva de la unión matrimonial, diciéndonos que todo es válido, aun cuando para solucionar ciertos problemas de entendimiento, la pareja tenga que optar por las orgias.
¿Qué esperamos? Hemos perpetuado la maldad. Los jóvenes han perdido el sentido del hogar y forman subculturas que les permitan desarrollar sus pasiones desordenadas de rebeldía. Los jóvenes de hoy al no tener modelos de integridad, optan por ser idolatras de cualquier rebelde o idolatras de cualquier institución, solo por sentirse pertenecer a un grupo que se identifique con su propia mentira. Jóvenes y adultos son ahora más apasionados en identificarse como idolatras de tal o cual afición, vicio o equipo, teniendo un pretexto más para amistar si no es con borracheras o drogas que les permite escapar de la realidad que todos hemos formado y sentarse tranquilos con su conciencia embarrada. Hemos creado una sociedad amante de las ganancias deshonestas, falta de valores. Si amigo, la hemos formado con nuestra participación o con nuestra indiferencia.
En medio de esta maldad no han faltado respuestas igualmente caóticas. Unos nos dicen que la violencia es la respuesta, otros piensan que por el lado espiritual es la respuesta. Vemos romerías de gentes dadas a la hechicería queriendo encontrar la respuesta a esta maldad. No nos ha faltado el charlatán que con una herejía nos quiera dar la respuesta a la maldad, hablándole a sus feligreses de cómo obtener la salud o la prosperidad material usando de sirviente a Dios mismo. Organizaciones llenas de hombres 'religiosos' pero de iguales valores de esta sociedad, avaros, orgullosos, pero inútiles a la hora de expresar en sus vidas a Dios y sus principios. No es raro encontrar que muchos de estos religiosos opten por ser creyentes? obstinados, pero nada más, dando entender con más claridad con que institución tiene mayor compromiso, con el mundo de maldad.
Amigo, ya que nadie quiere escuchar la verdad, déjeme escribírsela para que la lea. La transformación de una vida, de una familia, de una sociedad no viene por la indiferencia a lo que hoy vemos, solo Cristo por medio del evangelio puede transformar una vida y una sociedad. Si amigo, lo que nunca había pensado por la maldad de su propia vida, Arrepiéntase amigo y crea en Cristo por el evangelio.
GLOSARIO
Ambición: Avaricia
Amor por lo propio: Celos amargos
Astrología, numerología: Hechicerías
Auto-estima: Soberbia
Aventura extra-matrimonial: Adulterio
Bebidas o elementos estimulantes: Borracheras - drogas
Canje humanitario: Extorción
Caos: Maldad
Carácter fuerte: Iras
Comentario: Murmuración
Confrontaciones (armadas): Enemistades o pleitos
Deseo irresistible: Lascivia
Dinero fácil: Ganancias deshonestas
Eutanasia, aborto provocado, ajuste de cuentas: Homicidios
Fantasías sexuales: Lujuria
Inclinación sexual diferente: Homosexualidad
Inclinación: Pasión desordenada
Irreverencia: Rebeldía contra lo organizado
Libre desarrollo de la personalidad: Desobedientes a los padres
Libre-pensamiento: Ateísmo
No religioso: Incrédulo
Nueva interpretación de la Biblia: Herejías
Perspectiva: Engaños – Mentiras
Retención forzada: Secuestro
Ser Fans: Idolatría por un hombre
Ser Hincha: Idolatría por una institución:
Simpatizante de Iglesia: Cristiano obstinado
Swingers: Orgías
Teología de la prosperidad: amor por el mundo y sus cosas
Tolerancia: Insensibilidad o pecado por omisión
Unión libre – aventura: Fornicación: Inmoralidad sexual
Visualización: Deseos desordenados
Vías de hecho: Violencia
Martinius Lucanius
EL CAOS
Ya cuando se termina un año y empieza otro, nos vienen a la mente varias reflexiones de nuestra vida personal y por qué no, de nuestra sociedad. Ha pasado un año más, pero las cosas no parecen mejor, tal vez sea porque no lo son. Al comparar los tiempos pasados con éstos, no hay duda que lo que ahora vemos es un caos. ¿Quién lo puede dudar? Tanto a nivel de lo grande como a nivel de lo pequeño se evidencia este caos. El problema ahora se ve desde las grandes potencias hasta la organización más elemental de la sociedad que es la familia. El problema es que no solo a nivel social estamos sumidos en caos, también lo estamos al nivel de lo moral, de los principios.
A nivel social hemos venido presenciando el desmoronamiento de instituciones y de la economía. Dicen que el problema fue de las grandes potencias llenas de empresarios ambiciosos, empresarios con mentalidad moderna de progreso que exprimen al mundo dejándolo en la ruina. Gobiernos que promueven la justicia social, solo nos dejan un desazón al ver que solo trabajaron para sus propios intereses, usando el esfuerzo del trabajador promedio. Muchas veces se levantan aquellos grupos que hastiados de la realidad y el caos actual, presentan una confrontación a los gobiernos de turno, muchas veces confrontación armada contra las injusticias. Desafortunadamente basados ellos mismos en injusticias, optando por las vías de hecho y no por la justicia que tanto proclaman. Criticando a gobiernos injustos, ellos mismos se mueven entre la injusticia haciendo uso de métodos contra la humanidad como son el narcotráfico, la retención forzada para después exigir un canje humanitario. Otros grupos menos radicales que llevan a cabo su revolución por el lado del libre pensamiento o del pensamiento liberal, quieren que tengamos otra perspectiva de la realidad. Pero fracasan pues ellos mismos son irreverentes frente a las instituciones añadiendo al caos, más caos. Son ellos los que nos quieren enseñar a despreciar lo establecido, solo mientras ellos son lo establecido, luego nos pedirán que nos acojamos a ellos.
Pero ese, pienso, no es el gran problema, la sociedad en si esta entregada a su propio caos a nivel de sus valores, al nivel de su propio pensamiento. Es una sociedad que admira a los librepensadores quienes nos quieren enseñar a vivir sin Dios. No sé cuando proponer una existencia sin Dios vino a ser sinónimo de progreso. Bajo el emblema de 'Libertad' hemos hecho una sociedad más esclava que nunca ya que pensándolo bien no es extraño encontrar que lo que se criticamos en otros, eso hacemos, pensando librarnos de la violencia somos violentos, queriendo salir de la injusticia somos injustos. Debido a que la sociedad está compuesta por seres cuya mayoría se confiesan religiosos pero que no son religiosos en verdad, se ha dejado a esta sociedad sin rumbo, sin principios, sin Dios y vaya caos que tenemos hoy.
Ya muy temprano en las escuelas se pretende elevar la autoestima de los niños, se les estimula a tener amor por lo propio y hace que los niños desde su temprana edad tengan un libre desarrollo de su personalidad que no resulta en nada bueno. De esta forma cuando crecen sin ningún parámetro, llenos de carácter fuerte y autorizados para hacer las cosas de acuerdo a sus inclinaciones, van a optar por distintas inclinaciones que no van de acuerdo a lo que Dios estableció en la Biblia. Como sociedad hemos dejado que nuestros hijos tengan inclinaciones sexuales distintas, y luego para remediar los problemas que esto ha gestado, hemos apoyado la eutanasia, el aborto y otras salidas irresponsables, que dejan la conciencia tranquila del común de la gente, sintiéndose ejemplos de tolerancia.
¿Cómo pretendemos que no haya caos? Es nuestra sociedad donde aquella institución divina del matrimonio dejó de ser, y donde cada cual, llevado por sus deseos irresistibles, se entrega cada vez más temprano en la vida a las aventuras, a las fantasías sexuales, a la unión libre, muchas veces aun a aventuras extra matrimoniales, fomentando el caos de la sociedad. Hasta los sicólogos nos han querido mostrar otra perspectiva de la unión matrimonial, diciéndonos que todo es válido, aun cuando para solucionar ciertos problemas de entendimiento, la pareja tenga que optar por grupos swingers.
¿Qué esperamos? Hemos perpetuado el caos. Los jóvenes han perdido el sentido del hogar y forman subculturas que les permitan desarrollar inclinaciones distintas de irreverencia. Los jóvenes de hoy al no tener modelos de integridad, optan por ser fans de cualquier irreverente o hinchas de cualquier institución, solo por sentirse pertenecer a un grupo que se identifique con su propia perspectiva. Jóvenes y adultos son ahora más apasionados en identificarse como hinchas de tal o cual afición, vicio o equipo, teniendo un pretexto más para amistar si no es con bebidas o elementos estimulantes que les permite escapar de la realidad que todos hemos formado y sentarse tranquilos con su conciencia embarrada. Hemos creado una sociedad amante del dinero fácil, falta de valores. Si amigo, la hemos formado con nuestra participación o con nuestra indiferencia.
En medio de este caos no han faltado respuestas igualmente caóticas. Unos nos dicen que la confrontación es la respuesta, otros piensan que por el lado espiritual es la respuesta. Vemos romerías de gentes dadas a la astrología o el positivismo queriendo encontrar la respuesta este caos. No nos ha faltado el charlatán que con una interpretación nueva de la Biblia nos quiera dar la respuesta al caos, hablándole a sus feligreses de cómo obtener la salud o la prosperidad material usando de sirviente a Dios mismo. Organizaciones llenas de hombres 'religiosos' pero de iguales valores de esta sociedad, ambiciosos, con alta autoestima, pero inútiles a la hora de expresar en sus vidas a Dios y sus principios. No es raro encontrar que muchos de estos religiosos opten por ser simpatizantes de las Iglesia, pero nada más, dando entender con más claridad con que institución tiene mayor compromiso, con el mundo caótico.
Amigo, ya que nadie quiere escuchar la verdad, déjeme escribírsela para que la lea. La transformación de una vida, de una familia, de una sociedad no viene por la tolerancia a lo que hoy vemos, solo Cristo por medio del evangelio puede transformar una vida y una sociedad. Si amigo, lo que nunca había pensado por el caos de su propia vida, Arrepiéntase amigo y crea en Cristo por el evangelio.
TRADUCCION A PALABRAS REALES
LA MALDAD
Ya cuando se termina un año y empieza otro, nos vienen a la mente varias reflexiones de nuestra vida personal y por qué no, de nuestra sociedad. Ha pasado un año más, pero las cosas no parecen mejor, tal vez sea porque no lo son. Al comparar los tiempos pasados con éstos, no hay duda que lo que ahora vemos es maldad. ¿Quién lo puede dudar? Tanto a nivel de lo grande como a nivel de lo pequeño se evidencia esta maldad. El problema ahora se ve desde las grandes potencias hasta la organización más elemental de la sociedad que es la familia. El problema es que no solo a nivel social estamos sumidos en la maldad, también lo estamos al nivel de lo moral, de los principios.
A nivel social hemos venido presenciando el desmoronamiento de instituciones y de la economía. Dicen que el problema fue de las grandes potencias llenas de empresarios avaros, empresarios con mentalidad moderna de progreso que exprimen al mundo dejándolo en la ruina. Gobiernos que promueven la justicia social, solo nos dejan un desazón al ver que solo trabajaron para sus propios intereses, usando el esfuerzo del trabajador promedio. Muchas veces se levantan aquellos grupos que hastiados de la realidad y la maldad actual, presentan contiendas a los gobiernos de turno, muchas veces contiendas armadas contra las injusticias. Desafortunadamente basados ellos mismos en injusticias, optando por la violencia y no por la justicia que tanto proclaman. Criticando a gobiernos injustos, ellos mismos se mueven entre la injusticia haciendo uso de métodos contra la humanidad como son el narcotráfico, el secuestro para después exigir una extorción. Otros grupos menos radicales que llevan a cabo su revolución por el lado del ateísmo o del pensamiento liberal, quieren que seamos engañados. Pero fracasan pues ellos mismos son rebeldes frente a las instituciones añadiendo maldad, a la maldad. Son ellos los que nos quieren enseñar a despreciar lo establecido, solo mientras ellos son lo establecido, luego nos pedirán que nos acojamos a ellos.
Pero ese, pienso, no es el gran problema, la sociedad en si esta entregada a su propia maldad a nivel de sus valores, al nivel de su propio pensamiento. Es una sociedad que admira a los ateos quienes nos quieren enseñar a vivir sin Dios. No sé cuando proponer una existencia sin Dios vino a ser sinónimo de progreso. Bajo el emblema de 'Libertad' hemos hecho una sociedad más esclava que nunca ya que pensándolo bien no es extraño encontrar que lo que se criticamos en otros, eso hacemos, pensando librarnos de la violencia somos violentos, queriendo salir de la injusticia somos injustos. Debido a que la sociedad está compuesta por seres cuya mayoría se confiesan religiosos pero que son incrédulos en verdad, se ha dejado a esta sociedad sin rumbo, sin principios, sin Dios y vaya maldad que tenemos hoy.
Ya muy temprano en las escuelas se pretende elevar la soberbia y el orgullo de los niños, se les estimula a ser celosos y hace que los niños desde su temprana edad se rebelen contra sus padres y autoridades, que no resulta en nada bueno. De esta forma cuando crecen sin ningún parámetro, llenos de ira y autorizados para hacer las cosas de acuerdo a sus pasiones desordenadas, van a optar por distintas inclinaciones que no van de acuerdo a lo que Dios estableció en la Biblia. Como sociedad hemos dejado que nuestros hijos sean homosexuales, lesbianas, y luego para remediar los problemas que esto ha gestado, hemos apoyado el homicidio al enfermo terminal, el homicidio al no nacido y otras salidas irresponsables, que dejan la conciencia tranquila del común de la gente, siendo ejemplo de insensibilidad.
¿Cómo pretendemos que no haya maldad? Es nuestra sociedad donde aquella institución divina del matrimonio dejó de ser, y donde cada cual, llevado por su lascivia, se entrega cada vez más temprano en la vida a las fornicaciones, a la lujuria, a la inmoralidad sexual, muchas veces aun al adulterio, fomentando la maldad de la sociedad. Hasta los sicólogos nos han querido mostrar otra perspectiva de la unión matrimonial, diciéndonos que todo es válido, aun cuando para solucionar ciertos problemas de entendimiento, la pareja tenga que optar por las orgias.
¿Qué esperamos? Hemos perpetuado la maldad. Los jóvenes han perdido el sentido del hogar y forman subculturas que les permitan desarrollar sus pasiones desordenadas de rebeldía. Los jóvenes de hoy al no tener modelos de integridad, optan por ser idolatras de cualquier rebelde o idolatras de cualquier institución, solo por sentirse pertenecer a un grupo que se identifique con su propia mentira. Jóvenes y adultos son ahora más apasionados en identificarse como idolatras de tal o cual afición, vicio o equipo, teniendo un pretexto más para amistar si no es con borracheras o drogas que les permite escapar de la realidad que todos hemos formado y sentarse tranquilos con su conciencia embarrada. Hemos creado una sociedad amante de las ganancias deshonestas, falta de valores. Si amigo, la hemos formado con nuestra participación o con nuestra indiferencia.
En medio de esta maldad no han faltado respuestas igualmente caóticas. Unos nos dicen que la violencia es la respuesta, otros piensan que por el lado espiritual es la respuesta. Vemos romerías de gentes dadas a la hechicería queriendo encontrar la respuesta a esta maldad. No nos ha faltado el charlatán que con una herejía nos quiera dar la respuesta a la maldad, hablándole a sus feligreses de cómo obtener la salud o la prosperidad material usando de sirviente a Dios mismo. Organizaciones llenas de hombres 'religiosos' pero de iguales valores de esta sociedad, avaros, orgullosos, pero inútiles a la hora de expresar en sus vidas a Dios y sus principios. No es raro encontrar que muchos de estos religiosos opten por ser creyentes? obstinados, pero nada más, dando entender con más claridad con que institución tiene mayor compromiso, con el mundo de maldad.
Amigo, ya que nadie quiere escuchar la verdad, déjeme escribírsela para que la lea. La transformación de una vida, de una familia, de una sociedad no viene por la indiferencia a lo que hoy vemos, solo Cristo por medio del evangelio puede transformar una vida y una sociedad. Si amigo, lo que nunca había pensado por la maldad de su propia vida, Arrepiéntase amigo y crea en Cristo por el evangelio.
GLOSARIO
Ambición: Avaricia
Amor por lo propio: Celos amargos
Astrología, numerología: Hechicerías
Auto-estima: Soberbia
Aventura extra-matrimonial: Adulterio
Bebidas o elementos estimulantes: Borracheras - drogas
Canje humanitario: Extorción
Caos: Maldad
Carácter fuerte: Iras
Comentario: Murmuración
Confrontaciones (armadas): Enemistades o pleitos
Deseo irresistible: Lascivia
Dinero fácil: Ganancias deshonestas
Eutanasia, aborto provocado, ajuste de cuentas: Homicidios
Fantasías sexuales: Lujuria
Inclinación sexual diferente: Homosexualidad
Inclinación: Pasión desordenada
Irreverencia: Rebeldía contra lo organizado
Libre desarrollo de la personalidad: Desobedientes a los padres
Libre-pensamiento: Ateísmo
No religioso: Incrédulo
Nueva interpretación de la Biblia: Herejías
Perspectiva: Engaños – Mentiras
Retención forzada: Secuestro
Ser Fans: Idolatría por un hombre
Ser Hincha: Idolatría por una institución:
Simpatizante de Iglesia: Cristiano obstinado
Swingers: Orgías
Teología de la prosperidad: amor por el mundo y sus cosas
Tolerancia: Insensibilidad o pecado por omisión
Unión libre – aventura: Fornicación: Inmoralidad sexual
Visualización: Deseos desordenados
Vías de hecho: Violencia
Martinius Lucanius
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