Por: David Murray
http://headhearthand.org/blog/2013/09/04/20-helps-to-sermon-listening/
1. Lee y medita en la
Palabra de Dios todos los días
La lectura diaria de la Biblia despierta nuestro apetito
para el plato principal en el Día del Señor. No podemos esperar estar listos
para digerir el alimento espiritual, si no hemos estado comiendo durante toda
la semana y si hemos estropeado nuestro apetito con un festín de pecado.
2. Limite su
exposición a los medios de comunicación
La mayoría de los estadounidenses consumen en promedio entre
9 a 11 horas al día frente a los medios (Santiago 1:21). En el libro ‘Predicando
a Gente Programada: Una Comunicación efectiva en una sociedad saturada de
medios’-, Timoteo Turner explica como "Ver Televisión y predicación son diametralmente opuestos
entre sí- el uno es visual, el otro es racional; una involucra el uso de
los ojos, la otra involucra el de los oídos; uno crea observadores
pasivos, el otro requiere oyentes activos ".
Después de ver televisión, ir al cine y navegar por Internet
durante toda la semana, quienes vienen a la iglesia, tienen que sentarse y
escuchar un largo sermón que exige una gran concentración y esfuerzo al que ellos
no están acostumbrado. Se espera que pases de ser un espectador pasivo a
un oyente agresivo de un día para otro. Escuchar exige una gran
concentración y la autodisciplina. (Expository Listening, 42).
3. Utilice el Sábado en
la noche así:
Ponga en orden la semana anterior, prepararse para la
próxima semana, acuéstese temprano, persuadir (reprender?) a los niños por última
vez, el Sábado por la noche.
4. Ore por usted y por
el Pastor
Haga esto diariamente, pero especialmente el Domingo. En
muchos sentidos, "Lo que pides te será hecho".
5. Prepárate para
escuchar
Hay múltiples recursos disponibles sobre la manera de
predicar, pero, aparte de los pocos mencionados, existen muy pocos sobre cómo
escuchar. Los predicadores tienen muchos recursos para capacitarse y equiparse para
ser mejores predicadores, pero los oyentes apenas tienen recursos para
capacitarse y equiparse para ser mejores oyentes. Esto es sorprendente si
tenemos en cuenta que el número de oyentes supera con creces el número de
predicadores y más aún cuando te das cuenta de que la Biblia dice más acerca de
la responsabilidad del oyente, para escuchar y obedecer la Palabra de Dios, que
sobre la responsabilidad del predicador para explicar y aplicar la Palabra de
Dios. De principio a fin, la Biblia está repleta de versículos y pasajes
que hablan de la necesidad vital de escuchar y obedecer la Palabra de
Dios. Dios está muy preocupado por cómo los predicadores
predican. Pero basados en la gran cantidad de referencias bíblicas para
oír y escuchar, no cabe duda de que Dios está no solo tan, si no más preocupado
por cómo los oyentes escuchan. (Expository Listening, 3).
Durante el sermón
1. Vamos a la iglesia a tiempo para conseguir calmarnos, acomodarnos
y enfocarnos.
2. Respetar el silencio del santuario: Esto incluye la
formación de sus hijos para que no distraigan a los demás.
3. Involucre a su cuerpo y alma en el culto y la
oración: Avive su cuerpo, mente y alma en la adoración antes del sermón.
4. Dígase a sí mismo que Dios está a punto de
hablar: Siga orando para que Él te hable a través de Su Palabra.
5. Reconozca que este es un esfuerzo de equipo y asuma la
responsabilidad personal.
Esta es una empresa conjunta entre el predicador y el
oyente. Los sermones exitosos resultan cuando el oyente hace equipo con el
predicador, algo muy similar a un cátcher (quien lanza la bola en el Béisbol) trabaja
al unísono con un pitcher (quien recibe la bola en el Béisbol). Tanto el
lanzador y el receptor tienen un papel importante que desempeñar en el proceso
de lanzamiento. La responsabilidad no cae solamente en los hombros del
lanzador. (Expository Listening, 4).
6. Tome notas breves: Suficientes para ayudarle a
concentrarse, pero no tantos que se convierte en una conferencia dónde sólo se beneficia
la cabeza.
7. Compruebe que el predicador está predicando la Palabra de
Dios: No con un espíritu farisaico crítico (Lucas 11:54), sino con un
espíritu de discernimiento Berea (Hechos 17:11).
8. Acepte que habrá momentos en los que la Palabra de Dios le
hará daño: No reaccione en contra de esta exhortación ni se apague, más
bien recíbala y trate de sacar provecho de ella.
9. Construya una buena voluntad hacia el predicador: La
mala voluntad o malicia hacia el predicador es un endurecedor del
corazón. Eso bloquea la Palabra.
10. Trate de encontrar un asunto para beneficiarse: Generalmente,
usted puede encontrar una migaja de pan o dos aún en el más pobre sermón del
predicador más pobre.
Después del sermón
1. Hable acerca del sermón con otros: Comparta de qué
manera fue ayudado en el con amigos y familiares.
2. Póngalo en práctica: Obedecer y hacer la Palabra.
3. Sea paciente en la búsqueda de resultados: Sembrar y
recoger el fruto presupone un proceso gradual y un desarrollo lento.
4. Trabajo en su terreno: El tipo de terreno puede
cambiar lo malo en algo bueno y de bueno a muy bueno. Somos responsables
de la preparación del terreno de nuestro corazón (Marcos 4:1-20).
5. Traiga su comentario: Anime a los predicadores de
tiempo en tiempo con detalles sobre cómo sermones particulares le han ayudado y
de qué manera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios son importantes. "Que tus palabras sean las necesarias a fin de edificar a quienes las lean".