INSTITUCIONALIZANDO LOS VICIOS

Quisiera tener una razón verdadera para pensar que en verdad el hombre ha progresado a través de los siglos. Quisiera que se me diera una sola razón para no pensar en que aparte de la tecnología, el hombre es el mismo de la antigüedad. De verdad perseguiría cualquier rastro que me lleva a pensar que la civilidad, la convivencia y el progreso es real. Anhelaría que se me mostrara que el hombre de hoy es mejor que el hombre del pasado y ya no seguir pensando que aparte de su entorno no hemos podido superar los vicios y aberraciones de antes.

Hoy estamos sobreexpuestos a la idea de modernidad y progreso y pienso que ya casi lo estamos creyendo. Sin embargo la evidencia real no da para tanto. Siglos y siglos han pasado y parece que el último adelanto del pensamiento filosófico es que ha encontrado la razón del fracaso y la solución que nos disparará al progreso sin límites. Es la Institucionalidad, lo establecido, lo tradicional. Tanto como el hombre logre librarse de amarres pasados podrá volar sin límites. ¿Lo ha escuchado? ¿Cuál es el pensamiento que surgiría de exponernos indiscriminadamente a estos embates de la posmodernidad en contra de las instituciones y su elogio a la tolerancia rasa?

¿Que si le dijera que las instituciones están fracasando y que la alternativa de la para-institucionalidad en la práctica es la solución? ¿Que si le insistiera día y noche la conveniencia de la desaparición de la cultura y le planteara la solución de las subculturas que emergen día a día? ¿Cuál sería su reacción si le tratara de persuadir de la no conveniencia de la familia tradicional y le planteara la solución de las uniones utilitarias en cambio? ¿Cómo reaccionaría a la sugerencia reiterada de la aceptación de las tendencias sexuales distintas en reacción a la arcaica clasificación de hombres y mujeres con sus funciones propias solamente? ¿De qué manera le afectaría si le digo que en pro de la tolerancia todos tiene la razón menos ud que no cree en este tipo de tolerancia? ¿Qué si le digo que todos tienen la verdad, menos el que crea tenerla?

Ahora piense, ¿Qué si le dijera que el problema es mayor e intencionalmente planeado? Para solo dar un ejemplo, piense en que muchos programas infantiles están perpetuando esta filosofía. Ahora vemos los programas más inofensivos donde es clara la intencionalidad de desbaratar lo establecido. Animales que ya no viven en su propias manadas sino que ahora las manadas están compuestas por varias especies. Personajes que ni son animales ni humanos, son algo extraño, aun así viven y se adaptan. Se deja claro el mensaje: la institucionalidad es un peligro o más bien el peligro, es salvaje, es adversa. Mire y piense que la familia es despreciada, el utilitarismo puesto como una solución, la autoridad relativizada, la para-institucionalidad vista como viable. Pero ahora, nuestro discernimiento no está despierto, está aletargado por el somnífero de la tolerancia.

Déjeme explicarle y desafiarlo un poco más. La época actual está reaccionando desmedidamente a las limitantes impuestas por épocas pasadas donde la institución, (llámese gobierno, familia, autoridad policial, iglesia etc.), abusó en su tiempo de su posición de ser lo establecido en cada área de la vida. Pero huyendo de los excesos y abusos que la institucionalidad produjo, estamos viviendo el abuso cruel de la des-institucionalidad, quemando además de los frutos malos del árbol, el árbol mismo y erosionándola tierra donde estaba plantado.

Si bien muchos, por no decir que todos los gobiernos han abusado de su institucionalidad, ahora junto con los abusos, la creciente ola posmoderna, desafía como tal la institución. En épocas pasadas la familia gozó de estructura definida pero se prestó para el abuso machista. Ahora la reacción cruel es acabar no solo con los abusos malignos sino con la familia además. Sabemos también que en ‘nombre de Dios’ se han llevado a cabo lamentables y aberrantes actos pero en reacción no solo los abusos sino a Dios mismo quiere confinársele al olvido.

Pero allí no acaba todo, adheridos como sanguijuelas, muchas perversiones que estaban clausuradas a lo soterrado, ahora han encontrado el terreno propicio donde desarrollarse. El paso gigantesco de la ola reaccionaria de la época actual, es llevar a cabo, amparado bajo el emblema de acabar con los abusos, la liberación de las aberraciones morales tan antiguas como el hombre, pero ahora sin tener el miedo a ser totalmente estigmatizados, porque el escudo de la tolerancia los hace casi que impermeables.

Así que nuestra sociedad se transforma no tan lentamente en una sociedad anárquica, inmoral, confusa. Las voces que se levantan reaccionando contra esto, son acalladas y vistas como intolerantes, amigas del abuso y la arbitrariedad, ya sabes, o estas con ellos o tu eres de los que quieren seguir abusando de nosotros. Así que escondidos detrás de la reacción contra los desmanes pasados, se infiltran los peores vicios de destrucción social, pero a comparación del pasado, con la posibilidad de desarrollarse sin límites.

La sociedad está preparada en su ingenuidad a aceptar toda postura como cierta menos aquella que limita los vicios actuales. El ser humano pecador hasta la medula, se aliena con gran facilidad al contexto actual. Solo que ignorantemente actúan igual o tal vez peor que aquellos contra los cuales reaccionan. Predican el vive y deja vivir, solo que ese principio lo traicionan por ejemplo, cada vez que aprueban leyes en favor del aborto ¿Nota la crueldad? Si vivieran a la altura de sus postulados al feto debería tolerársele su existencia y dejarlo vivir. Pero allí no para todo, se conocen más casos similares.

Si usted es uno de los que ya está grandemente afectado por el pensamiento contemporáneo, le sonará muy extraño y hasta locura cosas como el respeto a las autoridades establecidas, como que en cada familia debe procurarse la estructura de padre, madre e hijos, que en familia el padre es la cabeza, que solo existen dos sexos, que el sexo con amor solo debe darse en el entorno del matrimonio, que solo hay un Dios verdadero, que las instituciones son necesarias y más. Sé que ya tenemos la manera de justificar cada una de nuestras acciones, y recurriremos a los abusos del pasado para tranquilizar nuestra conciencia y creer que lo que estamos haciendo está bien.

Sin embargo, para demostrar que esta filosofía es un disparate, no queda tan difícil. Ahora los vicios de la sociedad no se pueden esconder. El narcotráfico es el gran negocio junto con el entretenimiento. Mire que en ‘época de crisis económica’ la demanda de los vicios sigue en aumento, como el alcohol, el cigarrillo, la pornografía, etc. A nivel más domestico todos vemos que el numero de madres solteras ve en aumento, los hijos que crecen sin la supervisión ni paterna ni materna no son mejores, ahora los vicios están a la mano, las aberraciones a un clic de computador. Esto se transforma rápidamente en la violencia y la anarquía de la sociedad, la perpetuidad del deseo de vida fácil. Todo esto no estaba dentro del presupuesto, pero es la consecuencia lógica de reaccionar sin discernimiento.

Pero en realidad vale la pena denunciar que lo que está ocurriendo en verdad es la institucionalización de la no institucionalidad. Y como institución que se respete tiene sus postulados sobre los que se sostiene, progresa y castiga a los que van contra ella. No estamos viendo una reacción real contra lo establecido sino una reacción real para establecer otros principios, que den libertad a los vicios humanos que los destruirán más rápido, pero lucraran a los mismos. Me pregunto ¿Quién sacará provecho de esta nueva institucionalidad? Como siempre los que están al mando a costa de los demás. Este círculo es tan viejo como el hombre y está destinado a repetirse constantemente y nunca aprenderemos la lección.

Sin embargo no es necesario, si de realidades absolutas hablamos, solo puedo decir que lo anteriormente evidenciado no es más que lo que el apóstol Pablo inspirado por Dios escribiría en Romanos 1. El mundo no ha cambiado mucho en siglos, la fachada tal vez sea distinta, pero en esencia el problema es el mismo. El día que el hombre cambió a Dios, lo sustituyó y quiso establecer su propio pensamiento, entró en un círculo realmente vicioso y destructivo. No amigos, esto no es progreso, Sodoma y Gomorra eran tan ‘modernas’ como nosotros, la perversión, la anarquía y los vicios eran también su des-institucionalidad con la que reaccionaron contra Dios.

Hay siempre una salida, el Evangelio la provee, no es necesario ser moldeados por la cultura actual, por los vicios actuales. No es imperativo sucumbir ingenuamente ante esta ola. Cada vez que por la gracia de Dios el hombre vuelve a sus ojos a Dios, encuentra la verdadera libertad que lo libera de la institucionalidad de los vicios y modas de su época. Mientras se me convence del supuesto progreso de nuestro tiempo y la verdad no creo que se me ofrezca una razón verdadera, lo decimos claramente, Dios es la Autoridad absoluta que rige moralmente la vida de los hombres. Puede desafiarlo o someterse a Él pero no negarlo, no se puede.

Si, Él está al mando y quien establece su propia justicia solo se enreda más y más en las cadenas de su esclavitud mortal que besa, ama y defiende y que le llama libertad y progreso. No hay más de una manera de volver al orden personal, familiar y social a menos que por Cristo nos sometamos completamente a Dios. ¿Muy intolerante?